Los Retos para Sociología Alimentaria

Cinthya Araiza

Desde la revolución agrícola hasta el surgimiento de la Mancha Urbana.

La Sociología, es aquella Ciencia que se ocupa del estudio de la sociedad. En consecuencia de éste estudio, se considera que la sociedad está constituida por un gran conjunto de estructuras y relaciones, que pueden ser de orden social, político, económico y cultural, y a través de ésta Ciencia podemos explorar, interpretar y explicar la realidad social. Debido a que la alimentación, es una necesidad social y además el mismo acto de alimentarse conduce a una serie de hábitos sociales específicos, se ha convertido en objeto de estudio de la Ciencia de la Sociología.

Distintas disciplinas se han preocupado por el estudio de la alimentación, pero, sólo la Sociología se ha interesado por realizar investigaciones centradas en aspectos como la agricultura, el simbolismo de ciertos alimentos, y la manera de cómo la alimentación refleja las desigualdades sociales. A través de los años, se he querido indagar sobre los hábitos de alimentación que presentaba una región específica en una época determinada; como consecuencia surge la Economía agraria como primer disciplina interesada por comprender la alimentación de una manera más amplia.

La actividad agrícola consiste, desde sus inicios en explotar y cultivar la tierra y sus recursos, es el resultado de una necesidad social por obtener alimento de manera natural y que además comenzó con su propia infraestructura científica e industrial; en conjunto con las diversas actividades que existen para la práctica agraria, se incluyen las del estudio y preparación de las tierras, cultivo, desarrollo, recolección, transformación, distribución, etc.

Durante la era arcaica, periodo que abarca desde 8000 a. C. al 1500 a.C., el hombre   comenzaba a practicar la agricultura, aunque en realidad la Revolución Agraria ocurrió antes en el periodo conocido como neolítico; como consecuencia de esta nueva actividad, la creación de sociedades más complejas y la construcción de ciudades fueron surgiendo y con ellas nuevas prácticas ó actividades; esto ocurrió debido principalmente a la sedentarización. Estas sociedades modernas crecieron gradualmente debido a la gran abundancia de alimentos, que dio pie a un crecimiento demográfico acelerado. El resultado de la explosión demográfica y el desarrollo técnico, aparecieron diferentes y nuevos  roles sociales especializados en las labores de fines económicos. Las diferentes capacidades y habilidades clasificaron a hombres y mujeres como agricultores, ganaderos, artesanos y guerreros.

Desde los inicios de la práctica de la agricultura y hasta el día de hoy, existen variadas producciones de alimentos, que son de gran importancia para el ser humano tales como los cereales, maíz, trigo, arroz, caña de azúcar, aceite, frutas y verduras, pues es cierto que estos alientos, producto de la agricultura,  los encontramos como base en la famosa “pirámide alimenticia”.

A pesar de que se trata de una actividad muy antigua, de origen prehistórico, hoy por hoy sigue siendo un sector económico (el sector agrícola) indispensable y fundamental en la alimentación mundial. Sin embargo no podemos destacar solamente los beneficios que la Revolución Agrícola trajo a la humanidad; se debe ver la cara opuesta de la moneda. Tanto  la revolución técnica como la agrícola, llevaron a las sociedades a una arcada división de trabajo, dando pie al surgimiento de un sector de la población dedicado a sustentar las complejas pero nuevas ciudades. Después del descubrimiento de un sin número de avances tecnológicos y con la Revolución Industrial, la mancha urbana se extendió a tal grado que poco a poco debilitó la única actividad que alguna vez sustentara a una creciente población mundial.

Desafortunadamente, en las últimas décadas, la presión demográfica ha provocado la contaminación del agua y la invasión de zonas de actividad agrícola, poniendo límites para la obtención de alimentos y recursos naturales. A este fenómeno demográfico se le ha clasificado como una catástrofe demográfica, o al menos así es como ha sido llamada: -“La capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos”-(T. Malthus)…para fortuna de la humanidad tal presagio tan radical de dicha catástrofe no se ha cumplido, pero las posibilidades crecen día con día. Según datos oficiales de la ONU, se estima que para el 2050, existan en el mundo entre 7700 y 11200 millones de personas. Esto prueba que la mancha urbana seguirá creciendo, el problema es que no podemos decir lo mismo de los recursos naturales.

Los países más afectados, son aquellos que dependen meramente de la actividad agrícola para abastecer a su gente, por lo que se ha sobreexplotado los ya escasos recursos naturales para solventar y alimentar a la población.

Entonces, valdría la pena preguntarse, ¿Qué transformaciones socio-económicas y culturales ocurrirán ante tal problemática? ¿Cuáles alternativas ó estrategias habrá que tomar la humanidad para la obtención de alimentos y demás recursos? El reto es buscar respuestas factibles, interpretar cómo el ser humano evolucionará y cuáles serán sus alternativas ante el cabio climático, el deterioro medioambiental, y sobre todo, el crecimiento desbocado de la población mundial.

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