Gabriel Leyva
Desde que Vicente Fox ganó las elecciones presidenciales y terminó el largo reinado del PRI se ha dicho que México a una nueva era de democracia. Ya no seríamos un país cuyo perfil democrático era arruinado por que el proceso político era dominado por un solo partido. Pero a pesar de que si, México ya no es un país con un régimen democrático mono partisano, nuestra democracia sigue en su infancia. A pesar de técnicamente ya existe más de una opción viable, los mexicanos seguimos con poco poder de elección. Esto es porque no existe conciencia política en nuestro país. En otros países existe una arena de opinión democrática donde cada partido expresa su ideología y el pueblo decide lo que es mejor para ellos. Que tan cerca está la ideología del ciudadano promedio con la ideología de los partidos determina quién gana las elecciones. En México no existe un verdadero discurso democrático. Cuando pienso en un buen presidente para México, quiero alguien con ideología, con convicciones, con un plan para México que sea más que simples palabras sin significado.
En México no existe un verdadero espectro político. Generalmente las ideologías de los partidos se pueden colocar en una línea
donde la derecha representa más mercado libre y la izquierda representa un estado más social. Igualmente las ideologías sociales se pueden poner en una línea donde un lado representa más liberal y el otro más conservador. Los partidos populares estarán colocados en el medio o sea serán más moderados por que por distribución la mayor parte de la gente va a estar cerca del medio, al menos que algún evento extremo haya polarizado a la población, pero esto no es muy común. A esto me refiero con espectro político. Como nuestros partidos carecen de una ideología coherente no hay forma de ponerlos en un espectro así. Claro, podemos decir que el PRD está a la izquierda del PAN. Pero donde pones al PRI exactamente? O ¿donde entran otros partidos menores como el Partido Verde? El partido Verde es probablemente uno de los partidos más ideológicamente explícito y aun así solo podemos decir que están vagamente favor del medio ambiente.
Esto significa que el pueblo no puede escoger un candidato que realmente represente sus creencias. A final de cuentas las elecciones se
ganan por quien tuve la mejor mercadotecnia, quien tiene mejor percepción pública, o quien movilizo mejor a su base. Estos son factores importantes en cualquier elección pero en México son todo y la ideología no entra en ningún lado. Las elecciones se vuelven una batalla entre establecimiento y cambio sin especificar nada de lo quieren hacer. “¡Con Nosotros México va bien!” o “Es hora de crear un México mejor”. La
elección se vuelve un simple voto de confianza contra el partido actual. Si las cosas están suficientemente mal entonces cambiamos, sino las dejamos como están. Pero qué tipo de elección es cuando ni sabemos que es lo que cada partido proponer para “cambiar” las cosas, o como es que el curso en el que estamos está creando progreso.
Por eso cuando pienso el perfil ideal de un candidato para presidente, quiero alguien con conciencia política. Alguien que tenga un plan
para México. Alguien que me pida que vote por él y cambio me explique qué es lo que quiere hacer como presidente y como espera llegar ahí. Pero tiene que ser una estrategia concreta. No un “con trabajo duro y esfuerzo vamos a cambiar a México”, sino un “voy aumentar los impuestos para impulsar la economía de los más pobres”. No importa que no esté de acuerdo con sus ideologías personalmente, solo quiero alguien que represente la conciencia mexicana.
Alguien por el cual el pueblo vote no porque tiene una buena sonrisa o un anuncio pegajoso sino porque el pueblo mexicano ha decidido que su ideología es la correcta.
Necesitamos a alguien así para que se empezar a crear una verdadera cultura democrática. Una cultura donde en las noticias puedan
discutir entre expertos si la nueva política va a impulsar la economía o no. Una cultura donde pueda haber un debate que no se degenere a atacar al oponente, sino donde los puntos de vista de cada candidato sean analizados y discutidos. No me importa que otras cualidades tenga el candidato, que sea duro o benevolente o trabajador o religioso o analítico no importa, con tal de que sea honesto con sus opiniones. Que sea alguien que triunfe por que puso sus ideas a prueba ante el pueblo y pueblo las acepte como las mejoras ideas para el país. Por qué sinceramente pienso que la falta de conciencia política en nuestro país hace que la democracia no tenga sentido. Votar contra el establecimiento o por él nunca va a cambiar nada, el nuevo jefe será justo como el viejo jefe. Es por esto que para mí un candidato que tener una ideología es la característica más importante que puede tener un candidato.