Rodrigo Soto
No hace falta ser un genio para darse cuenta de la desigualdad en que vivimos, no solamente en el país, sino en el mundo. Desde que tomamos conciencia de nuestra existencia, así como de nuestras necesidades para la supervivencia, pudimos entonces extrapolar lo que nuestros semejantes requieren, también para sobrevivir, con el objetivo de crear igualdad entre todos los seres humanos y acercarnos a lo que podría semejarse a una Utopía. Pero los recientes estudios económicos y sociales, nos muestran que más que lograr crear una Utopía nos hemos acercado a una Distopía, como lo dice el Foro Económico Mundial en su reporte 2012 de riesgos globales, o antiutopia, que es “es una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal”, según nos dice Wikipedia.
Analizando un poco acerca del Reporte de Riesgos Globales 2012 del WEF (World Economic Forum), que es una encuesta realizada a 469 expertos de la industria, el gobierno, la academia y sociedad civil, para examinar 50 riesgos en 5 diferentes características, según lo describe el mismo reporte dentro de su sitio de internet y que se mencionan 3 casos que se interconectan con los riesgos globales. Tenemos que el primer caso es denominado: “semillas de distopía” que es lo contrario a la utopía, esto a razón de que en muchas partes del orbe se han detectado riesgos fiscales, demográficos y sociales que alimentan esa distopía para gran parte de la humanidad. Para los analistas del foro, está claro que muchos jóvenes van a tener que lidiar con altas tasas de desempleo, además de que los gobiernos se enfrentan a retiros masivos de personas, de las que tendrán que pagar una pensión para que puedan subsistir. Esta falta de empleo, así como la gran jubilación de individuos serán una fuerte carga para los gobiernos y motivo de protestas que atenten contra la estabilidad social y política. Derivado de todo esto se pone en riesgo la relación de seguridad que provee el estado hacia la sociedad y de lo que puede surgir entonces el proteccionismo, el populismo y el nacionalismo exacerbado, como lo describe el reporte comentado.
Continuando dentro del análisis, se remarca la preocupación de descontento civil de la población por verse sin empleo, sobre todo en los jóvenes, mismos que tendrán la dura carga de los pensionados y ante la falta de actividades productivas, pueden incorporarse a labores ilícitas, como hemos visto en México.
En otro punto es necesario considerar el reporte de la OCDE titulado: “Record inequality between rich and poor”, en donde se habla de que el ingreso de los más ricos ha ido en incremento, comparado con el ingreso de los más pobres, sobre todo en los países: Australia, Finlandia, Dinamarca, Inglaterra, Estados Unidos y México. Solamente en países como España, Francia y Portugal, la diferencia entre el ingreso de ricos y pobres se ha mantenido igual. Partiendo de todo esto, el ingreso promedio de los más ricos, dentro de la OCDE, comparado con el ingreso de los más pobres es 9 a 1. Analizando esa razón, dentro del video, se tiene que es de 6 a 1 en Noruega y Dinamarca; 10 a 1 en Japón, Italia, Corea del Sur e Inglaterra; 14 a 1 en Turquía, Israel y los Estados Unidos; pero lo increíble es que es 27 a 1 en México y Chile.
La desigualdad se puede medir con el coeficiente de Gini, que de acuerdo a Wikipedia: “El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno)”. Además, dice de igual forma Wikipedia: “El índice de Gini es el coeficiente de Gini expresado en porcentaje, y es igual al coeficiente de Gini multiplicado por 100”.
De acuerdo con información de la OCDE, del 15 de abril de 2011, tenemos que textualmente nos ofrecen lo siguiente: “Chile tiene el coeficiente Gini más alto entre los países de la OCDE, que es de 0.5, lo que significa la desigualdad más alta. En segundo lugar está México con un coeficiente de Gini de 0.48. Mientras la desigualdad creció en México desde mediados de los 80s hasta finales del 2000, Chile la ha reducido considerablemente. La República Checa, Suecia y Finlandia son los países de la OCDE en que más aumentó la desigualdad durante esta época. Sin embargo todavía pertenecen a los países con más igualdad en cuanto a la distribución del ingreso”.
“Aunque la pobreza relativa también disminuyó en Chile, todavía es muy alta. Sólo en Israel y México es mayor. Aproximadamente una de cada 5 personas es pobre en México y Chile, mientras el promedio de la OCDE es una de cada 10. Además el 38% de los chilenos reporta que le es difícil vivir de sus ingresos actuales, un porcentaje muy por encima de la media de la OCDE de 24%. Relacionado con la alta tasa de pobreza y la distribución inequitativa del ingreso es el nivel de confianza en las demás personas; el 87% de los chilenos y el 74% de los mexicanos sospechan de la gente. Con estas cifras ambos países se encuentran significativamente por arriba del promedio de la OCDE de 41%”.
Otro ejemplo interesante es el caso de Inglaterra, que con datos de Michael Förster publicados en el artículo en The Economist titulado: “A nation divided”, tenemos que el ingreso del 10% de los más ricos en ese país, ganan 12 veces más que el 10% de los más pobres. Además se nos dice que este fenómeno de disparidad se observa en países que son modelo social como Suecia, observando que la tendencia de la desigualdad se manifiesta aún en tiempos de bonanza económica.
De acuerdo a Förster, una de las razones por las que existe desigualdad en el ingreso entre ricos y pobres son los altos sueldos y bonos que perciben los más ricos. Otro punto que se argumenta es que no pagan tantos impuestos como deberían y aunque es cierto, pues en el artículo del Economist nos dice que efectivamente los más ricos pagan menos impuestos que en 1980, en Inglaterra, de todas formas desembolsan fuertes cantidades al erario. Por ejemplo, Paul Johnson del Instituto de Estudios Fiscales, señala que más de una cuarta parte de los impuestos que se recaudan en Inglaterra provienen del 1% más rico.
A mi parecer, se debe crear un organismo internacional que tenga facultades para auditar los sueldos de altos ejecutivos, así como el pago de sus bonos en relación a su verdadero desempeño y las buenas prácticas en el manejo de sus empresas, porque hemos visto como en algunas empresas dentro de la crisis de 2008 en los Estados Unidos, descrito en el documental “Inside Job”, hicieron grandes ganancias con indemnizaciones y bonos millonarios justo antes de quebrar sus corporaciones, teniendo como cómplices a sus juntas directivas, pues les permitieron salir impunes con su dinero. Todo con el fin de mantener transparencia en las operaciones empresariales a nivel internacional y en cada país en particular.
Por otra parte comprendo que ciertamente existe una diferencia en la tasa de procesamiento neuronal de cada persona, pero tampoco es correcto afirmar que todas las personas inteligentes son las de mayores ingresos, pues estoy seguro que si analizamos más a fondo a los más ricos de cada país, encontraremos que no todo son del grupo de personas más brillantes, aunque es cierto que aparecerá la inteligencia, pero la maquiavélica, la truculenta, la de la connivencia, el engaño social, etc.
Además en este tenor hay que considerar mi afirmación de que “por cada peso que gano, alguien deja de ganarlo”, en donde se aplica el razonamiento de que a pesar de que repartiéramos el ingreso en partes iguales a cada persona del planeta, tendríamos diversos posibles escenarios, pero consideremos para este caso solamente tres, en donde un grupo de personas gastaría todo el dinero y se quedaría pobre, otros individuos guardarían solamente el dinero abajo del colchón, pudiendo ser entonces tal vez clase media y un tercer grupo invertiría o lo pondría a generar más dinero en alguna empresa o inversión, quedando como clase alta.
Si bien es cierto que debemos considerar las capacidades y habilidades de cada uno de nosotros, mismas que son diferentes a las de los demás, y que debido a ellas aunado al razonamiento anterior de que por cada peso que gano, alguien deja de ganarlo, los seres humanos nos vamos separando en escalas sociales y económicas, también es cierta la afirmación del gran poeta veracruzano Salvador Díaz Mirón en su poema Asonancias: “…nadie tendrá derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo estricto”.
En este sentido es válida la pregunta de Roger Lowenstein, que dentro de su artículo publicado en Bloomberg Magazine, se titula: “Is Any CEO Worth $189,000 Per Hour?”. Lowenstein saca esto a colación de que los CEO de diversas empresas ganan mucho dinero cuando sus empresas están bien, pero también ellos ganan buen dinero cuando sus mismas compañías tienen bajo desempeño.
Dentro del mismo escrito de Lowenstein, se señala que Larry Ellison, CEO de Oracle, ha recibido alrededor de 60 millones de dólares en acciones de esa compañía, cada año desde el 2008. También se menciona el caso del CEO de Apple, que recibió en su primer año dirigiendo a esa empresa, la nada despreciable cantidad de 378 millones de dólares, sin saberse si será igual o peor en su desempeño como Steve Jobs, según dice Lowenstein.
De acuerdo a información de Steve Kaplan, profesor de negocios en Chicago, haciendo un análisis de los CEO medianos dentro de Standard & Poor´s, la compensación promedio que recibieron fue en promedio de entre 5 a 8 millones de dólares. Derivado de todo esto, la propuesta que se relata en el artículo de Lowenstein, es que las compensaciones o bonos superiores a los 5 millones de dólares deben ser revisadas y aprobadas por el Congreso de los Estados Unidos, a lo que yo agregaría que también se debe analizar el desempeño de la compañía, su transparencia en rendición de cuentas y que no existan burbujas que puedan reventar en cualquier momento, además de detener cualquier pago a la salida de cualquier CEO, siempre que supere los 5 millones de dólares, porque es común que salgan de sus compañías momentos antes de que la misma se apegue al “Chapter 11” de la quiebra y disfruten de sus no merecidas ganancias.
Lo anterior, muy bien descrito en el comentado documental de Inside Job, donde por ejemplo, se nos dice, que los cinco ejecutivos más altos de Lehman Brothers ganaron mil millones de dólares entre el 2000 y el 2007 y a pesar de que la firma quebró, a ellos no se les quitó su dinero. Otros que se mencionan son Angelo Mozillo, CEO de Countrywide ganó 470 millones de dólares entre 2003 y 2008. También se habla de Stan O´Neal, gerente general de Merrill Lynch, recibió 90 millones de dólares entre 2006 y 2007, posteriormente cuando hizo que su firma quebrara, la junta directiva le permitió quedarse con 161 millones de dólares de indemnización.
Hemos creado un mundo en donde no nos sorprende la pobreza y la desigualdad, en donde podemos ver en la misma acera a una persona manejando un coche que vale casi lo mismo que una casa, mientras otro hombre pide limosna o trata de obtener unos pesos por vendernos chicles, dulces, flores, entre otras cosas. Además desgraciadamente ese mundo funciona, a mi parecer, de la siguiente forma: “por cada peso que alguien gana, otro deja de ganarlo”.
Para finalizar, esperamos que la solución provenga tal vez de las reuniones que se llevaron a cabo en la montaña mágica, dentro del marco del Foro Económico Mundial o desde los gobiernos que busquen crear empleos, educar con calidad a las personas y reducir la brecha entre ricos, clase media y pobres, pero para que esto funcione se requiere compromiso de todos, de la sociedad, de los empresarios y de los gobiernos, aunado a una variable básica para que todo el engranaje de desaparecer o reducir la pobreza y desigualdad trabaje, me refiero a que “todos tienen que ceder y todos tienen que aportar”. Ceder en el sentido de la afirmación de: “por cada peso que gano, alguien deja de ganarlo” y aportar en nuestro círculo de influencia para ayudar a “pescar” a las personas y no darles el “pescado” en la boca.
En este sentido las empresas no deben permitir tanta diferencia en salarios entre la base y la cúspide de la pirámide, así como eliminar la corrupción y el fraude dentro y fuera de sus organizaciones. El gobierno debe también eliminar el fraude y la corrupción, así como crear el ambiente necesario para que los ciudadanos tengan acceso a una educación de calidad y que al final de la misma se puedan incorporar a un lugar para aplicar sus conocimientos y recibir un sueldo digno por ese desempeño. Por último nosotros como sociedad, debemos de dejar de señalar culpables y actuar, en nuestro pequeño círculo y extenderle la mano a otros seres humanos para que juntos podamos aprender algo nuevo, aumentar nuestro conocimiento, ver la forma de aplicarlo y obtener recursos económicos por el mismo, traduciéndose en una clara mejora de nuestra posición económica y social. Es claro que las economías que más progresan y que menos desigualdad tienen son las más homogéneas en el sentido político, social, cultural y obvio económico, está en cada uno de nosotros que vayamos cimentando el camino de la homogeneidad mexicana para que subamos escalones, de la pirámide socioeconómica, conjuntamente y no con pasos envidiosos solitarios, recordemos que al forma grupos sólidos de confianza económica, promovemos nuestro progreso y el de nuestros genes egoístas, dando un salto importante en la evolución de la especie y la promoción de la supervivencia de un ser humano, en este caso mexicano, más proclive al trabajo en equipo, a promover la competencia económica constructiva, recordando que la grandeza económica de un país es eliminar las diferencias y hacer más cortos los saltos económicos entre clase y clase, reduciendo la desigualdad. Aunque claro está que no todos podemos ser ricos, pero si mantener un equilibrio socioeconómico en donde estemos satisfechos y no nos sintamos relegados de la participación y contribución en el PIB de nuestro país.