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Vacas flacas

José Leal

“Que linda es la abundancia, mi amigo, lástima que se a tan cara”

Tin-Tan.

El Edén perdido descrito por el libro del Génesis es, posiblemente, testimonio de un profundo cambio climático; el más antiguo que la humanidad recuerde. Se sabe por registros fósiles y geológicos que hace no más de 20 mil años, en la región septentrional del continente africano donde actualmente reina inapelable la aridez del Sahara, se localizaba una de las zonas lacustres más extensas que han existido en la Tierra. Se han encontrado, por ejemplo, huesos de peces y cetáceos enterrados bajo las arenas del desierto, además de todo tipo de conchas y otros fósiles acuáticos. También se conocen petroglifos y pinturas rupestres en las que nuestros ancestros inmortalizaron su hoy fantasmal experiencia: paisajes exuberantes, denso follaje y, sobre todo, agua en abundancia. Vestigios de asentamientos humanos bordean las ahora extintas costas pesqueras, una vez ricas en alimento y agua; poblados elementales donde florecían las primeras sociedades semi-sedentarias de que se tenga conocimiento. Continue reading Vacas flacas

La epidemia de obesidad en México

Gabriel Leyva

La obesidad se ha convertido en una verdadera epidemia en México. El año pasado México tuvo el dudoso honor de convertirse en el país más obeso del mundo, sobrepasando incluso a los Estados Unidos.  Peor aún, en los últimos años se ha visto un incremento inmenso en el índice de obesidad, y por lo que parece este seguirá creciendo en el futuro próximo. A pesar de que la obesidad es en su mayor parte un problema de salud personal, es posible que también se vuelva un problema social debido a las externalidades.

Actualmente entre los adultos el 38% de las mujeres  y el 26% son considerados obesos por la Organización Mundial de Salud. La obesidad se define usando el índice de masa corporal, el cual es un indicador simple de la relación entre masa y peso. Un nivel de 25 o más es considerado sobrepeso, mientras que un nivel de 30 o más ya es considerado obesidad.  Otro número alarmante es el índice de obesidad infantil, el cual se estima alrededor de 30% y en algunos casos hasta 40%. Estudios sobre la causa de la obesidad han revelado que el 80% de las personas que se vuelven  obesas durante su infancia se mantienen así por el resto de sus vidas.  Sin duda estos altos índices  significan un problema de salud muy grande, y de hecho en México las dos mayores causas de muerte, diabetes y problemas cardiacos, están relacionadas con el sobrepeso. Continue reading La epidemia de obesidad en México

Sobre la alimentación

Milton Mata

“Hay algo tan necesario como el pan de cada día, y es la paz de cada día; la paz sin la cual el mismo pan es amargo”.

(Amado Nervo).

 

“Toma consejo en el vino, pero decide después con agua”.

“El que vive de esperanzas corre el riesgo de morirse de hambre”.

“El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar”.

(Benjamín Franklin). Continue reading Sobre la alimentación

Las redes sociales: ¿para entretenernos o entretejernos?

Indira Kempis

La información aparece como quien llega puntual a una cita. Ahí, puedes encontrar hasta lo inimaginable. Hay quienes abren las puertas de su mente, de su vida familiar, de la cotidianidad o de los problemas. A veces, parecen como eternas conversaciones de respuestas inmediatas e infinitas, posibilidades de ser como un Big Brother que puede estar al tanto de casi todo. Y, tal parece, que la denominada sociedad del conocimiento no se concibe sin las redes sociales.

De acuerdo con Francisco Campos Freire, investigador de la Universidad de Santiago de Compostela, las principales características de la llamada “red social”, son: concepto de comunidad, a través de la creación de redes de usuarios que interactúan, dialogan y aportan comunicación y conocimiento; tecnología flexible y ancho de banda necesario para el intercambio de información y estándares web de aplicación libre; y una arquitectura modular que favorece la creación de aplicaciones complejas de forma más rápida, a un menor coste.

Mientras en la web 1.0 los usuarios eran meros receptores de servicios, en la web 2.0 producen contenidos (blogosfera), participan del valor (intercambio) y colaboran en el desarrollo de la tecnología. El proceso de comunicación genera, en definitiva, un flujo activo de participación son: concepto de comunidad, a través de la creación de redes de usuarios que interactúan, dialogan y aportan comunicación y conocimiento; tecnología flexible y ancho de banda necesario para el intercambio de información.

 

  1. I. ¿A dónde vamos?

México tiene cerca de 30.8 millones de usuarios con acceso a Internet, de acuerdo con  la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI). Según  un estudio realizado por la empresa Mente Digital el número de usuarios de Twitter, registrados en México asciende a 4 millones 103 mil 200 cuentas, mientras que tiene  al menos 65.65% de los mexicanos tiene una cuenta en Facebook. La numerología en este campo crece a pasos agigantados entre estas dos redes que se catalogan como las más populares.

El contexto digital nos muestra las tendencias de una sociedad que pese a las limitaciones en infraestructura, inclusión y habilidades tecnológicas de los usuarios,  se aproxima a nuevas formas de comunicación entre los individuos que generan formas de organización social diferentes y tienen un impacto directo en la relación de la ciudadanía con sus problemas sociales, tanto como la incidencia en la solución de los mismos.

Eso está directamente relacionado con las recientes características de la tecnología que avanza a pasos agigantados ha desarrollado nuevas herramientas en las que el video, el sonido, la imagen, la señal de televisión, el chat, los mapas, entre otros elementos, han fortalecido la capacidad de un individuo no sólo de crear la información e intercambiarla al instante, sino de que lo pueda hacer con otros que están en otra ubicación geográfica distinta y, por tanto, tener un panorama global de sus diferentes realidades en las diversas latitudes del mundo.

En ese sentido se han fortalecido algunos conceptos relacionados como la libertad de expresion, libertad de asociación, la capacidad de construcción y diseminación de información, la capacidad de retar a lo oficial y la habilidad para generar una identidad sin relacionarse al concepto de estado-nación.

Eso implica, de acuerdo con el pensador de la era de la información, Manuel Castells, la representación política y la toma de decisiones encontrará una relación con estas nuevas fuentes de información de una ciudadanía participativa y crearán una nueva forma de sociedad civil. De ahí que estas redes sociales se hayan convertido en una herramienta que fortalece las conexiones de la ciudadanía, la misma a la que los medios de comunicación tradicionales, en un momento dado, dejaron de ser el reflector más importante de lo que se gestaba dentro de ella. A esa ciudadanía a la que muy poco o casi nada se le toma en cuenta en las decisiones públicas. Ahí, donde existen emociones y pensamientos que necesitan ser expresados. Ese espacio de interacción en donde la organización social emerge como apropiación de lo que es público, que además se puede comparar todo el tiempo con otras sociedades.

 

  1. II. ¿Estamos conectados?

La historia de estos medios en México, se pueden entender con la aparición Indimedia, cuya su función era informar movimientos que estuvieron en boga en esa década en los que se incluye el movimiento zapatista y otros. En el escenario internacional, el modelo de la Wikipedia, donde un puñado de expertos es parte de la inteligencia colectiva que produce esa información, deriva en la construcción de conocimiento compartido, actualizado y perfectible en la inmediatez y velocidad que la red permite.

Entendiendo a la información como no como un fin sino como un proceso de constante producción que generan ciudadanos en un flujo de información tan inmediato que han generado, al menos, agendas públicas de mínimo acuerdo. Las redes, con menor cantidad de información especializada –aunque cada vez hay auge de cuentas con temas específicos- en menor tiempo de respuesta permite que los usuarios entren en ese proceso de producción.

De acuerdo con la investigadora Nuria Cunnill,  la posibilidad de alterar la institucionalidad pública surge además asociada a la demanda que se gesta en la sociedad en términos ya no sólo de autorganización política, sino social. La esfera pública resulta en este caso movilizada hacia la conquista de poderes sociales y, específicamente, hacia la reivindicación de espacios autónomos en torno a la configuración de la vida social.

Entonces, ese espacio de interacción le abre la puerta a la creatividad del lenguaje para ser utilizado como canales alternativos. De ahí que gran parte de la información sea generada por individuos que se convierten en creadores o compiladores de ésta, al serlo, van “tejiendo” esos nodos de información alternativa que se convierte en el caldo de cultivo casi perfecto para la propagación o difusión de esa autorganización. La conexión se asume cuando los usuarios se contactan con el otro a través de sus cuentas.

La forma en cómo se produce ese contenido en la red es sustancial a los del siglo XX donde las características de esa producción eran: unidireccional, jerárquica y difusión de acciones del Estado y sus patrocinadores. Sin embargo, actualmente, la explosión y exposición proviene de autores desconocidos diversos, quienes retan el monopolio, se oponen a las convenciones de los medios tradicionales o la opinión generalizada.

Una vez que el usuario se da cuenta que puede definir un rumbo social a partir de esa coproducción de información para al mismo tiempo gestar su autorganización para las microagendas del mínimo acuerdo la por medio de retroalimentación constante, que además es casi instantánea, es entonces cuando puede apreciar la gama de posibilidades para romper de alguna otra forma con lo que concibe como establecido, estático y monólogos.

Por estas razones, no es fortuito que casos de revuelta social como los que se han presentado en Egipto, Libia o España estén directamente vinculados con estas redes sociales que han conectado a centenares con objetivos comunes. Tampoco que estén relacionados con la juventud porque es ésta la más involucrada en esa nueva sociedad civil a la que Castells hace referencia.

  1. III. ¿La revolución será tuiteada?

Si bien es cierto que las redes sociales son parte importante de una fenomenología que tiene que ver con esa ruptura de las estructuras, las convenciones y la monotonía que han provocado otros espacios de comunicación. También es que son un “arma de doble filo”.

Zygmunt Bauman afirma en su crítica a la sociedad posmoderna en su libro Tiempos Líquidos que una vez que la sociedad se ve y se trata como una red, en vez de como una estructura (menos aún como una “totalidad solida”): Se percibe y se trata como una matriz de conexiones y desconexiones aleatorias y de un número esencialmente infinito de permutaciones posibles que no dejan lugar o espacio para las relaciones humanas ni el compromiso que requiere una sociedad tan compleja y problematizada como a la que nos enfrentamos hoy.

Siguiendo con la profundidad de esta reflexión, se debe entender que no sólo se necesita esa disponibilidad para crear conexiones, sino de ir más allá para que lo virtual traspase sus propias fronteras de accesibilidad (por ejemplo, no todos tienen acceso a Internet o formación en habilidades computacionales) y forjen relaciones que en las sociedades permitan cambios tangibles que no se reduzcan a los escasos 140 caracteres o algunos párrafos en donde el mundo de lo digital  te limita a su lenguaje binario: síntesis y velocidad.

Tomar la iniciativa de generar esta organización para la rebeldía, la ruptura de los imaginarios, la apropiación de los espacios, la publicación de todo aquello que debe aclarase o saberse, la indignación que permea las emociones ante lo que puede asumirse como causas comunes, depende más de una sociedad dispuesta que de las herramientas que utilice, aunque, por supuesto, las redes sociales han venido a potencializar la capacidad de la sociedad civil para hacer visible lo que para muchos es todavía invisible.

Instalados en esa dicotomía, vivimos en sociedad en donde mientras por un lado se conecta, por otro se deja de relacionar. Mientras por un lado genera información presentada de manera novedosa, accesible e intercambiable, por otro siguen existiendo millones de habitantes que ni siquiera saben leer y escribir. Por un lado, hay cada día más ciudadanos involucrados en la vida pública de sus ciudades, pero también cada día menos comprometidos con la misma intensidad con la que intervienen en los procesos de producción de información. De ahí, la complejidad del tema, pero también lo interesante y el reto continúo de hacer que la información vaya más de un like, un hashtag u otros placebos virtuales.

El Yo en las redes sociales

Gabriel Todd

Nací en 1963. Para alguien de mi generación es especialmente sorprendente el avance de la tecnología, el salto cuántico en la comunicación y la ansiedad de estar “conectado”. Las redes sociales del internet  son un fenómeno complejo e interesante que me está tomando  más tiempo de lo normal entender, conectarme y desconectarme. Sin duda las redes pueden ser adictivas pues me he sorprendido a mi mismo navegando  a la 1 am. Pero tengo amistades de infancia que simplemente no necesitan de una cuenta de correo en su vida para existir y ser exitosos y no entienden el uso de las redes más allá de una “plataforma para vender algo”. Aseguran de que se trata simplemente de una forma sofisticada y hasta peligrosa de entretenimiento y ocio.  “Prefiero perder mi tiempo jugando domino, trabajar horas extra o ver la televisión que compartir mis traumas e ideales con desconocidos”.

El psicólogo Ignasi Campillos, experto en redes sociales, considera «excesivo» sobrepasar una hora de conexión porque se pierden horas de sueño y de actividad física, y fomenta el aislamiento. Campillos llega a la conclusión de que las redes sociales «degradan el concepto de amistad y cuanto más tiempo se dedica a la red social virtual más mengua el dedicado a la red social real».

Estoy de acuerdo con el psicólogo pero yo si he conocido gente relevante por estas redes con las cuales interactuó profesional y socialmente, he podido rencontrar amistades perdidas y me agrada tener una red de posibles mentes y corazones que comparten mis ideales ciudadanos . Lo que me resulta preocupante es que he pasado por momentos de ansiedad al no estar “conectado”, sobre todo después de largos periodos conectado resolviendo aspectos laborales y sociales simultáneamente al ritmo de un mini teclado que lo contiene todo,  teléfono celular, las redes facebook, twitter , messenger Hotmail, etc., que me provoca entrar en una hipnosis de comunicación, un ping pong de letras disparadas a gran velocidad que más fácil se pudo resolver con una breve y tranquila llamada de telefónica.

«Se produce un trastorno de la impulsividad», dice Sofía Tomás Dols, directora de un estudio de Drogodependencia, quien advierte de los peligros de pasarse un día inmerso en un mundo virtual: «Se va perdiendo interés por todo lo demás a medida que aumenta la necesidad de seguir enganchado hasta altas horas de la noche. Las entradas serán cada vez más frecuentes y su concentración será cada vez menor».

Las redes pues tienen significado distinto y su uso excesivo, como cualquier cosa en exceso, producirá desequilibrios. Me llama la atención la variedad de motivos que escucho para estar conectado en redes sociales, que van desde la curiosidad, ocio, búsqueda de relaciones personales y de negocio o entretenimiento hasta una probable necesidad inconsciente de encontrarse a uno mismo descubriendo mas de los demás. En cualquier caso como muchos otros aspectos de la vida lo relevante será cuidar a los adolescentes para que el uso del internet y sus redes queden en limites que les permitan estar conectados en su realidad física mas que en la virtual  porque los más vulnerables a consecuencias de un uso excesivo, son «todos aquellos cerebros que todavía están en desarrollo». Y, entre estos, los más tímidos, los más inmaduros y aquellos que tienen la autoestima más baja. Afirma la psicóloga. Y en caso de desarrollar adicción, cada día dice hará falta un poco más, una dosis mayor. Y esto, delante de la computadora, al margen de los trastornos psicológicos, acarrea una vida sedentaria, hábitos poco saludables. En los casos extremos se puede experimentar, incluso, el síndrome de abstinencia cuando, por el motivo que sea, el usuario se ve privado de su mundo virtual.

Sofía Tomás considera que es «muy fácil» detectar que el niño tiene un comportamiento «rarito». El peligro es no estar en alerta. «Los padres sobrevaloran a sus hijos y es muy común pensar aquello de que a mi hijo eso no le va a pasar». La solución pasa por hablar con los psicólogos del colegio y crearles alternativas más atractivas.

Por su parte  Mariano Chóliz, profesor de la facultad de Psicología, ve un error hablar de nuevas tecnologías a unos jóvenes que han nacido con ellas y que les fascinan.

Peligrosas para unos, indispensables para otros las redes llegaron y están evolucionando nuestra forma de comunicarnos e interactuar en este mundo. Sera la educación, el sano desarrollo emocional, el sentido común y la responsabilidad de cada persona o padre de familia lo que evite el vicio de la conexión con “el mundo”  que te desconecta de “tu mundo”.

Tweet, ergo sum…

Rodrigo Soto

Nos encontrábamos dominados por Leviatán de Tomás Hobbes y por el Big Brother de George Orwell, habituados a ser simples espectadores ante el mar de información que se nos presentaba y se nos hacía creer que era la verdad absoluta,  estábamos sumidos en un profundo sueño y acostumbrados a una realidad alterna producto del letargo social al que debíamos abrazar y aceptar como parte de un “ceteris paribus” social.

Sin embargo de pronto decidimos salirnos de ese esquema de comunicación y sumarnos a la expresión libre de una red, que de forma aparentemente democrática, me permite seguir y ser seguido, formar grupos sociales de amigos y enterarme de sus vivencias y experiencias, así como opinar en relación a lo que me parece correcto, incorrecto, prudente, imprudente, desahogarme, reprimirme y fluir en un espacio que me hace sentir un medio masivo de comunicación.

Al parecer, las redes sociales, vinieron a cubrir una necesidad implícita en el ser humano de comunicarse y gracias a ellas se han creado nuevas torres de babel en diferentes nichos sociales de mercado, que permiten a grupos de individuos sumarse a causas que pretenden, con sus demandas sociales, realmente marcar un cambio en la sociedad con el fin aparente de mejorar las relaciones humanas, en algunos casos. Los activistas, entre otros, han logrado expresarse libremente y ser leídos y escuchados por decenas, cientos, miles y tal vez millones de seres humanos.

Después de la filosofía social anterior, resulta importante dirigirse a analizar el mercado de las redes sociales y su influencia en nuestra vida diaria. Para ello quiero referirme a los datos presentados por digitalsurgeons y obtenido gracias a información y análisis de Barracuda Networks survey así como por Razorfish.

En su estudio realizado en 2010, titulado Facebook versus Twitter, donde se nos muestras los datos de ambos sitios de internet, contamos con lo siguiente:

El mercado de Facebook es de 500 millones de usuarios, con un 88% de usuarios conscientes del sitio.

El mercado de twitter es de 106 millones de usuarios, con un 87% de usuarios conscientes del sitio.

41% de los usuarios de Facebook se conectan diariamente.

27% de los usuarios de twitter se conectan diariamente.

70% de los usuarios de Facebook están localizados fuera de los Estados Unidos.

60% de los usuarios de twitter están localizados fuera de los Estados Unidos.

12% de los usuarios de Facebook actualizan su perfil diario.

52% de los usuarios de twitter actualizan su perfil diario.

40% de los usuarios de Facebook siguen a una marca.

25% de los usuarios de twitter siguen a una marca.

51% de los que siguen a una marca en Facebook la van a adquirir.

67% de los que siguen a una marca en twitter la van a adquirir.

30% de los usuarios de Facebook entran por medio de un dispositivo móvil.

37% de los usuarios de twitter entran por medio de un dispositivo móvil.

La educación con mayor porcentaje para los usuarios de Facebook es otra con 29% e “In College” (estudiando en la universidad) con 28%, mientras que para twitter es “In College” (estudiando en la universidad) con 48%, seguida de “College grad” (graduado universitario) con 28%.

En cuanto al ingreso tenemos que el mayor porcentaje para los usuarios de Facebook es de 26,000 a 50,000 dólares anuales con 34% y para el caso de twitter 26,000 a 50,000 dólares anuales con 33%.

Ahora entrando un poco a la parte de las tendencias globales de 2010, mostraremos aquello más seguido en twitter, en lista de importancia, fueron:

  1. El derrame petrolero en el Golfo.
  2. El Mundial de Fútbol 2010
  3. La película Inception.
  4. El terremoto en Haiti.
  5. Las Vuvuzelas.
  6. El iPad de Apple.
  7. El sistema Android de Google.
  8. Justin Bieber.
  9. Harry Potter & the Deadly Hallows.
  10. Pulpo Paul.

Después de ver los datos anteriores y al definir y acotar el mercado que ambas redes sociales tienen, veamos las diferencias abismales entre ambos productos, pues recientemente el mercado ha valuado a Facebook en 50 mil millones de dólares, de acuerdo a New York Times, mientras que twitter es valuado en 4 mil millones de dólares, de acuerdo a Washington Post, según datos recientes de 2010.

Pero la cuestión radica en determinar si efectivamente las redes sociales pueden aportar algo al mercado y que al crear nuevas torres de babel no se cree solamente confusión y no sean verdaderos espacios activistas que puedan ofrecer soluciones claras, precisas, medibles y reproducibles, pues de lo contrario solamente nos inundaremos de datos que no son relevantes y estaremos entonces sobre informados, para posteriormente derivar en la desinformación.

De ahí que un punto clave para los inversionistas y empresarios es aprovechar los datos estadísticos en relación a que el 51% de las personas que siguen a una marca en Facebook la van a comprar, contra un 67% de los que siguen una marca en twitter la van a comprar. Tal vez esa sería buena apuesta, pues proveería información medible sobre el seguir a determinada marca y la relación que exista en la compra de la misma. Además de que esas marcas deben enfocarse a los nichos económicos derivados del perfil de ambos sitios de sus usuarios, que son aquellos que ganan entre 26,000 a 50,000 dólares anuales, pues son los más altos con mayor porcentaje con un 34% para Facebook y un 33% para twitter.

En otro tema, como lo vimos al inicio de este escrito, las redes sociales se han convertido en espacios públicos de expresión, que les han permitido a muchos usuarios darse a notar con sus brillantes comentarios y obtener a un cúmulo de seguidores y amigos que están pendientes de sus acciones, siendo en ocasiones los actores, actrices y cantantes los más beneficiados.

Además que las audiencias se han ampliado y la velocidad de transmisión del mensaje también, al igual que la frescura del mismo es novedad. Pues existen muchos usuarios que tienen información de primera mano sobre las situaciones de inseguridad, por ejemplo en el Estado de Nuevo León, que muchas veces la misma autoridad y por supuesto antes que los medios tradicionales de comunicación como son la televisión y los periódicos.

También se tiende a considerar que la autenticidad del mensaje en las redes sociales es superior a lo ofrecido por los medios masivos de comunicación tradicionales, pues al ser espacios libres, no están sujetos a las disposiciones de ciertos grupos de empresarios y estrategias políticas. Sin embargo, aquí hay que realizar un análisis más profundo, debido a que las redes sociales muchas veces se han convertido en fuentes de desinformación debido a la premura que tienen los usuarios por enviar información, por ello que se debe hacer un filtrado importante antes de confiar al 100% en datos del twitter, así como observar el comportamiento del usuario de la cuenta en cuestión, porque muchas veces son personajes falsos o los tradicionales troles de internet, que se esconden tras una pantalla y teclado para agredir a otros usuarios, lectores, con el fin de crear confusión y controversia.

Por otro lado no hace falta mencionar que en nuestra vida diaria nos regimos por códigos, que se encuentran implícitos o explícitos, y esos códigos son los que permiten que los sistemas se mantengan en equilibrio. Por ejemplo, el código computacional permite que la computadora funcione correctamente y entienda la información de entrada que le doy por medio del teclado, de igual forma los semáforos en la calle nos dicen si avanzar o no, también la economía se rige por códigos económicos que se mueven dentro de las leyes de oferta y demanda y las acciones de alza y baja en las bolsas de todos los países, cuando un código de los anteriores falla, resulta que la computadora no entiende y no procesa los datos, chocamos en el auto o las economías se fracturan y colapsan. Es por ello que me parece incorrecto que no se respete el código ortográfico en las redes sociales, tal parece que nadie gusta de usar de acentos y buena escritura y lo curioso es que sucede en todo tipo de personajes, muchos de ellos de alta envergadura y que se supone que tienen una amplia cultura y estudios que les permitiría escribir bien y expresarse de igual forma. Considero entonces que si el código de escritura ortográfica no se respeta en las redes sociales, entonces hablamos de que las mismas están deformando el lenguaje.

Ahora es conveniente decir que las redes sociales se han convertido en parte de nuestra adicción computacional y de internet a la que estamos sometidos y de ahí deriva el título de este artículo, pues algunos de viven dentro de un mareo emocional de éxtasis que piensan que solamente cuando hacen un “tweet” es que existen. Aunque cabe mencionar que la frase, “tweet, ergo sum”, la dijo mi amigo Jorge Cárdenas.

Si bien las redes sociales vinieron a cubrir y alimentar a un nicho importante en el mercado social de los seres humanos, en cuanto a la necesidad de expresión, comunicación, libertad y hasta revolución con transformación, es necesario esperar a futuros análisis de mercado para determinar su alcance y su valía, no solamente en términos económicos empresariales, sino de capital social y de en verdad convertirse en un medio que no solamente genere críticas, sino ocuparlo para ofrecer soluciones y tener audiencias más amplias para difundir el mensaje y que se quieran sumar a realizar una transformación por el bien de una comunidad, de una sociedad o de un país. Todo dependerá del uso que les demos y ciertamente seguirán transformando la forma en que nos comunicamos.

Sociedad red

José Leal

¿Es Internet una aldea global o un sexto continente? Cierto que sus millones de conexiones alcanzan en mayor o menor medida a todos los pueblos del mundo pero, tal como sucedió durante la revolución industrial, las sociedades se integran al informacionalismo de modos y a ritmos muy diferentes. Dentro de las “tuberías” digitales fluye la sangre de la nueva economía global: impulsos electrónicos. Miles de millones de símbolos que cuya abundancia de información y ausencia de significado abruman a individuos y organizaciones en su lucha por los espacios virtuales. El núcleo cabal de la “sociedad red” lo constituyen los mercados financieros globales que determinan lo que tiene valor y lo que carece de él. Desde estos centros económicos la red distingue a los elementos (individuos y organizaciones) que agregan valor al sistema y favorece su conexión, al tiempo que “desconecta” a quienes no lo tienen. Aquellos excluidos de la sociedad red quedan fuera de las oportunidades de desarrollo en la nueva era.

Las grandes corporaciones generan marcas, patentes y derechos de autor en avanzados centros de investigación localizados en las naciones centrales que luego son transferidos a las periferias manufactureras, cuya función es aprovechar yacimientos naturales y mano de obra barata para ofrecer a los mercados internacionales bienes “competitivos.” Son estas marcas y patentes la mayor fuente de riqueza en la economía red, puesto que otorgan a sus titulares los monopolios temporales sobre bienes y servicios altamente tecnificados con que dominan la escena económica mundial. En este nuevo sistema de producción y gestión, dice Manuel Castells, la mano de obra opera como un a red de toma de decisiones e implementación de tareas en constante transformación.” Una mano de obra cuya competitividad estriba no sólo el conocimiento de las tecnologías informacionales sino en la capacidad para aprender a mayor velocidad que su ritmo natural de obsolescencia y evitar, en términos del benerable Alvin Toffler, su “choque con el futuro”.

Las formas tradicionales de organización de la era industrial, cerradas y bien contenidas, cambian para adaptarse a las nuevas reglas del juego. Las redes reagrupan los tradicionales organigramas que ahora interconectan a diferentes empresas para el desarrollo de objetivos comerciales específicos, frecuentemente temporales o regionales. Estas nuevas organizaciones demandan una mano de obra diferente; no estandarizada y repetitiva como en otros tiempos, sino creativa y autoprogramable; capaz de procesar los caudales simbólicos del mundo digital, sintetizar nuevos flujos de información valiosa y devolverlos a la red para su aprovechamiento. La “empresa red” y sus nuevas formas organizacionales desplazan a las prácticas tradicionales –tal como en su momento formas industrializadas de organización dominaron a las agrarias- simplemente porque son más productivas.

El repentino auge de las redes sociales envía ondas de choque o lo largo y ancho del planeta con repercusiones que apenas se adivinan. Su poder para defragmentar a las sociedades civiles, hasta hace muy poco avasalladas por el “triunfo” del individualismo y la cosmopolitanización, obliga a estados y capitales a repensar un mundo que creyeron domesticado por la efímera utopía neoliberal. En este nuevo universo de lo instantáneo e incensurable hasta el más modesto de los individuos, que sea capaz de infiltrar una idea a la red puede, igual, producir un frívolo fenómeno de audiencia en you-tube o una revolución social en Oriente Medio. Los infructuosos esfuerzos de China, Egipto y otros estados por contener o acotar los flujos de información en momentos críticos de tensión social han sucumbido ante la acción sigilosa y determinante de los piratas cibernéticos o hackers, cuyo miserable estatuto de nerds y geeks, socialmente marginados, abre paso a románticas y a hasta heroicas figuras de nuevos justicieros informacionales, entrenados en las disciplinas del allanamiento institucional. Movimientos civiles multimodales que inician en Internet terminan abarrotando plazas y calles con manifestaciones cuyos números e intensidad recuerdan tiempos que se creían pasados.

Por su lado, el activismo de consumidores preconizado por Noreena Hertz en los años 80 se revigoriza en un ambiente que escapa del control de corporaciones, organismos regulatorios y agencias internacionales incapaces de seguir el ritmo de expansión y cambio de un nuevo orden que, desafiando hasta lo imaginado por sus propios creadores, adquiere vida propia. Sociedades virtuales conformadas por redes de consumidores para la persecución de objetivos específicos exhiben la mano de obra infantil de Nike en Yakarta o la exfoliación selvática de Exxon en la Amazonía. La responsabilidad social del empresario y el burócrata desborda los obsoletos causes de la mercadotecnia e inunda foros públicos virtuales para beneplácito y escrutinio de consumidores que apenas experimentan con el poder de estas nuevas palancas de presión social efectiva.

Wiki-pedia, wiki-leaks, wiki-todo; velocidad y sorpresas serán los signos la nueva era, el triunfalismo neoliberal cede terreno a las nuevas consignas populares que demandan con voz fuerte su sitio y derechos en este virtual nuevo continente.

El Internet, las redes sociales y el uso de mi tiempo

Milton Mata

Hace tiempo leí en un artículo científico que un ser humano pasa  alrededor de un tercio de su vida durmiendo, ese dato me pareció   interesante y pensé que quizá en un futuro no muy lejano podría llegar a  leer en otro artículo que un ser humano pasa alrededor de un tercio de su vida haciendo uso del Internet y las redes sociales. Esto anterior podría parece algo descabellado o absurdo, pero sé de personas que pasan 8 horas o más al día utilizando el Internet y las redes sociales, esta  situación es algo serio, ya que en la actualidad está comprobado por la ciencia que el uso excesivo de dispositivos electrónicos tales como: computadoras, tabletas electrónicas o celulares puede ocasionar problemas a nuestra salud mental.

Todas las personas quienes hacemos uso del Internet y las redes sociales debemos limitar en la medida de lo posible su utilización, no solamente por las posibles afectaciones en nuestra salud mental, sino también porque debemos de considerar que cualquier información de índole personal o privada que “subamos” a la red puede ser vista por personas que no quisiéramos que la vieran; además cabe la posibilidad de que dichas personas pudieran hacer un mal uso de nuestra información personal, lo que podría conllevar un perjuicio para nosotros y para quienes nos rodean. Esto anterior es una realidad, no sólo en México sino alrededor del mundo diversos grupos criminales o bandas del crimen organizado utilizan el Internet y las redes sociales como una manera de obtener información sobre cualquier persona, así como también pueden utilizar estos recursos tecnológicos para poder cometer diferentes tipos de delitos tales como: fraudes, extorsiones, engaños, etc.

Desde hace varios años he escuchado en muchas ocasiones la frase de “Todos debemos de aprender sobre el uso de la computadora porque es algo de suma importancia en este mundo globalizado”, estoy de acuerdo; aunque jamás he escuchado frases como por ejemplo, “Todos  deberíamos de aprender sobre ciencia y tecnología ya que es algo muy importante en el mundo contemporáneo” o “El conocimiento científico es algo muy valioso y necesario”.

El gran divulgador científico Carl Sagan decía: “Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología, y en la que nadie sabe sobre estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre”…

Es cierto que el Internet y las redes sociales son algo muy importante en la sociedad actual, pero debemos de aprender a hacer un uso moderado de estos recursos tecnológicos…

La pérdida de privacidad en redes sociales

Gabriel Leyva

Vivimos en una era en la cual la privacidad es una comodidad cada vez más escasa. Ahora cualquier persona tiene acceso a una gran cantidad de información de individuos que usan redes sociales. Por ejemplo existe un sitio de Internet llamado openbook.com en el cual uno puede buscar palabras usados en los status de usuarios de facebook.  La utilidad de esta información no ha sido ignorada por compañías que pueden ganar dinero vendiendo esa información para varios usos. Y muchas de las consecuencias de esta información aun están por verse. Por ejemplo en el futuro puede que las elecciones políticas sean decididas por una foto vergonzosa en facebook. Si queremos mantener nuestra privacidad en la edad informática tenemos que entender como las redes sociales filtran información y que podemos hacer los usuarios para evitar esto.

Hay un estudio realizado por la Universidad de Worcester que intenta entender y analizar como la información privada es filtrada por las redes sociales y los sitios de Internet. Según su estudio, un 70% de las redes sociales filtran información privada deliberadamente a través de varios medios. En las redes sociales los momentos más comunes en los que se filtra información son cuando el usuario ingresa a su cuenta y cuando edita su información de cuenta. A continuación explicare que métodos se usan para mandar información privada a terceros cuando el individuo efectúa estas acciones.

Cuando uno accesar su cuenta en una red social, el sitio generalmente pide información como email y nombre a trabes de algo llamado “cookies”. Las cookies son pequeños pedazos de texto que un sitio de Internet guarda en la computadora del usuario lo cual le permite al sitio de Internet guardar información sobre el usuario y después accederla rápidamente. Aunque las cookies tienen una connotación algo negativa debido a que son el método más común para filtrar información privada, estas les permiten a los sitios de Internet proveer una experiencia más rápida y eficiente. En el caso de las redes sociales, al ingresar a una cuenta la información se manda a través de cookies que a primera vista pertenecen solo al sitio de la red social. El “browser” de Internet los interpreta como si pertenecieran al sitio de la red social, pero al analizar el servidor al cual esta información es enviada se puede ver que en realidad pertenece a un sitio fuera de la red social. Entonces la información que el usuario ingresa al accesar su cuenta es mandada a un tercero sí que este se dé cuenta.

Pero el método más común de filtración de información ocurre cuando el usuario edita el “profile” de su cuenta. Esto se hace a través de lo que se llama un JavaScrpit, un tipo de código generalmente usado por páginas de Internet. Cuando el individuo cambia su información de “profile” está también es guardada en el titulo de la pagina y en el URL. Lo que hace el JavaScript es simplemente guardar esta información y mandarla a un tercero. Esto generalmente consiste del nombre completo del usuario y su ID.

Otro problema es que los sitios terceros que almacenan esta información privada, también conocidos como agregadores, pueden conectar datos dispersos a través de ciertos indicadores. En otras palabras, un agregador que recibe información de un mismo usuario que utiliza mas una red social puede deducir que todos estos datos pertenecen a la misma persona. También pueden conectar información de usuarios que usan diferentes computadoras para accesar la misma red social. Esto significa que aunque un individuo sea cuidadoso y borre sus cookies continuamente o utilice equipos diferentes un agregador aun podrá tener acceso a su información personal.

Una forma en la cual los sitios terceros pueden hacer esto es conectado el id de un usuario con las cookies que recibe de este. Las cookies que el sitio del tercero recibe están ligadas con el ID del usuario. De esta manera se puede crear una id de usuario global que el agregador puede usar para identificar toda la información de este. También se puede usar la cuenta de e-mail del individuo, asumiendo que este use la misma para accesar a todas sus redes sociales. Pero incluso aun si el individuo bloquea el uso de cookies en su browser un agregador puede identificarlo usando otras marcas únicas como las preferencias que usan en su navegador o los aditamentos que utilizan e incluso el tipo de letra que se usa. Estas generalmente son lo suficientemente únicas como para que se puedan identificar por el agregador. También se puede usar la historia de navegación del navegador para identificar a una persona. Otro indicador utilizado para conectar datos es el IP del usuario. El IP es una serie de numeras que identifican a una maquina cuando se conecta al Internet. A pesar de que la mayoría de la gente utiliza IPs dinámicos que cambian constantemente, estos usualmente tardan alrededor de 2 semanas en cambiar, suficiente tiempo como para que un agregador identifique al individuo. Como consecuencia de esto para el usuario mantener su privacidad a independientemente de que tan cuidadoso sea al usar una red social.

Como podemos ver, el usuario está en desventaja cuando se trata de proteger su información privada. Los agregadores tienen muchos métodos para obtener y conectar información diversa. Es también importante considerar que la mayor parte de la filtración ocurre deliberadamente. Las redes sociales crean contratos para divulgar la información de sus usuarios a terceros. Esto es una fuente importante de ingreso para los sitios de Internet, pues esta información puede ser de gran valor.  Considerando todo esto, que puede hacer una persona para proteger su privacidad? Existen servicios y programas que bloquean los intentos de terceros de obtener información. Estos funcionan identificando el servidor que está pidiendo la información y bloqueándola si determina que el servidor no pertenece a la pagina que se está utilizando. Incluso existen bloqueadores que pueden identificar a servidores terceros que se esconden y aparentan pertenecer a la página de origen.

Otro método es usar un Proxy para esconder el IP del usuario y así hacer la identificación más difícil. También se puede bloquear el uso de cookies y JavaScript en el navegador pero esto limita el uso de páginas de Internet que dependen del uso de estas para funcionar correctamente y en general no usarlas hacen la navegación mas difícil y lenta. Por ejemplo si una persona deshabilita el uso de cookies esta tendrá que ingresar su nombre de usuario y password cada vez que ingrese a alguna cuenta. Esto puede ser muy inconveniente especialmente si la persona está usando un password complicado para mayor seguridad. Y hay muchos sitios de Internet que simplemente no funcionan sin JavaScript.

Pero según el estudio realizado por la universidad de Worcester la mayoría de estos métodos de protección no son muy efectivos. Según su análisis el más seguro es el bloqueador, y aun este no es 100% efectivo. Para que este funcione se tiene que identificar correctamente el servidor que está tratando de obtener la información, y esto no es completamente confiable. Existen medidas para esconder la identidad verdadera de un servidor y eso es muy difícil de combatir. La única buena noticia es que este tipo de servicios ya viene incluido con los navegadores más avanzados. Pero es bien sabido que muchas personas nunca mejoran o actualizan sus programas, lo cual deja vulnerable a un gran número de usuarios. Además el uso de este tipo de bloqueadores requiere de mucha configuración que puede ser molesta y confusa, lo cual resulta en que la gente simplemente la deshabilite. Como mencione anteriormente el simplemente no habilitar el uso de JavaScript y cookies no es una opción viable porque limita la capacidad de navegación severamente. Y aunque otros métodos pueden ser efectivos en ciertas ocasiones aun así resultan demasiado limitados para proteger al usuario. Contra todas las posibles formas de filtración

Como podemos ver el individuo tiene capacidad limitada para proteger su privacidad. Por lo tanto la protección de la información privada también debe ser responsabilidad de las redes sociales. Las redes sociales tienen un incentivo económico para filtrar la información privada ya que esta puede ser una fuente de ingresos muy importante. Pero eso no significa que no pueda existir transparencia. Los sitios de Internet deben hacerle saber a sus consumidores que es lo que se está haciendo con su información. Cualquier contrato que una red social tenga con un agregador debe ser públicamente accesible a sus usuarios. Y en los casos en los que la filtración ocurre sin el consentimiento de la red social, esta debe cambiar sus estructuras para prevenir el robo de información. Los cambios necesarios en realidad no son muy complicados. Debemos recordar que a pesar de que la venta de información puede ser muy lucrativa, a final de cuentas son los usuarios los que proveen la mayor parte de los ingresos. Nosotros como consumidores tenemos el control, pues ninguna red social puede funcionar sin los usuarios que la generan, y ahí existe un incentivo económico que ninguna compañía puede ignorar. Si los usuarios de las redes sociales demandamos que nuestra privacidad sea protegida, estas tienen que escucharnos. Pero si no hacemos nada entonces estamos simplemente entregando nuestra información a cualquiera que esté dispuesto a pagar por ella. Tal vez haya a quien esto no le parezca alarmante, pero en mi opinión la privacidad no es algo que se debe dejar en manos del capitalismo.

Drogas

José Leal

“Cuando desaparecen lo poderes no hay nada que impida el proceso de disolución social-darwinista.

Como en el medioevo, la seguridad física y económica de los individuos sólo está basada en su capacidad para defenderse a sí mismos y en su habilidad para traficar sin escrúpulos.”

Horst Kunritzky

 

El apogeo de las mafias mexicanas es el efecto combinado del debilitamiento crónico de las estructuras del Estado y el perverso incentivo económico que hay en la prohibición. El combate policiaco-militar contra las drogas no tiene beneficio práctico alguno para México más allá del aplauso, el dinero y las armas de Washington. La evolución acelerada en los índices de consumo y violencia lo demuestran: es imposible eliminar el mercado de las drogas sin violar grave y sistemáticamente las libertades de todos, consumidores o no. Sin duda la forma más rápida de detener la guerra de las mafias es eliminando el fenómeno económico que las hace financieramente indestructibles: la prohibición, al tiempo que se fortalece al Estado mediante las reformas fiscal y judicial pendientes.

Milton Friedman ha sido uno de los más influyentes economistas de nuestra era. Por ser uno de los principales ideólogos del neoliberalismo su opinión innovadora y contra corriente adquiere un significado especial. Friedman se ha revelado como uno de los principales críticos a la obstinación neoliberal por criminalizar las drogas. Explica la enorme distorsión económica que la prohibición produce y su efecto subsidiante de los grandes cárteles. Nos recuerda que la prohibición de licores en los años ’20 produjo los mismos efectos (pero en territorio americano) y que por ello fue derogada. El plan que Friedman plantea es a grandes rasgos el siguiente: despenalizar las drogas para que los precios y las ganancias de las mafias se desplomen; gravar la venta de drogas con impuestos que aprovechen al menos parte del margen que hoy solo abulta las alforjas de los traficantes y, por último, canalizar tales ingresos y los ahorros en seguridad (guerra en el caso mexicano) a prevención y tratamiento de adicciones, donde los recursos ofrecen mayor rendimiento en favor de la salud pública. [1]

La persecución policial, explica Friedman, es el elemento que magnifica el costo del componente de riesgo involucrado en el comercio de drogas, impulsando la escalada original de precios que fomenta rivalidad y violencia. Una vez que los patrones violentos se han establecido como las reglas de juego para la adquisición y vigilancia de plazas comerciales, el riesgo de esa violencia a su vez añade más utilidad al negocio en una espiral interminable donde riesgo es igual a rentabilidad, rentabilidad igual a violencia, violencia igual a riesgo. La intervención del Estado distorsiona una lógica simple de mercados que de otra forma se regiría por oferta y demanda, manteniendo niveles competitivos de precios y apenas una fracción de los márgenes de utilidad actuales. El desproporcionado negocio de las drogas radica precisamente en el premio que los consumidores conceden al los traficantes por tomar el riesgo de ser atrapados o abatidos por la competencia, literalmente. En éste contexto la presencia militar en los mercados solo garantiza la perpetuación de la violencia. Es por ello que muchas naciones del mundo (Estados Unidos entre ellas)  se han conformado con una política de doble estándar, abriendo espacios al consumo con estrategias de tolerancia que van desde programas de uso “medicinal” hasta la existencia de zonas de tolerancia explícita como en California, Holanda, Canadá y Dinamarca por ejemplo.

No se pretende desdeñar el problema creciente de salud, o sugerir que éste vaya a desaparecer junto con la violencia, pero es evidente que las adicciones no se curarán a balazos sino intensificando los programas de prevención y tratamiento con el dinero ahorrado en utensilios de guerra que ya no serian necesarios. El despliegue militar no es la respuesta al problema de las drogas; los fenómenos de militarización y auge de mafias son síntomas del debilitamiento sistemático del Estado. Otros efectos de esta debilidad son la corrupción, el predominio de los poderes fácticos y otros males que los políticos simplifican con una supuesta “descomposición del tejido social”, para lo que deberían llamar descomposición del Estado y hacerse responsables mediante legislación efectiva.

La legalización de las drogas no sería la principal o única medida para combatir la criminalidad pero haría desplomarse los precios y las estructuras financieras de las mafias frenando la violencia relacionada al tráfico en cuestión de días, como sucedió en 1933 al derogarse la ley Volsted que prohibía el alcohol en los Estados Unidos cuando, “tras cumplirse trece años de vigencia de la Prohibición, convencido el país de que sus resultados eran una abrumadora corrupción, injusticia, hipocresía, la creación de grandes cantidades de nuevos delincuentes y la fundación del crimen organizado, la Enmienda XVIII es derogada por la XXI y casi medio millón de personas pasan de la noche a la mañana a ser ciudadanos irreprochables y, como sucediera en la cruzada contra las brujas, nadie resulta responsable.[2]

Muchas opiniones temen que la derogación de las prohibiciones haría que las bandas criminales dediquen más tiempo al secuestro y otros delitos que verdaderamente dañan a víctimas inocentes, pero debe recordarse que las drogas representan  por mucho la mayor parte de los ingresos de estas bandas y que es con estos ingresos que tienen a policías y juzgados locales anegados de dinero. Con los recursos infatigables de las drogas los traficantes mantienen financiadas las milicias clandestinas que están sustituyendo al debilitadísimo Estado, ello les permite administrar los derechos para delinquir en sus zonas de influencia a bandas de secuestradores y chantajistas, redes de prostitución, etcétera. Nada  nuevo: el modelo de Capone a escala neoliberal. Sin el ingreso extraordinario de las drogas estas bandas recibirían un golpe a sus estructuras financieras del cual nunca podrían recuperarse, y los ahorros de ese combate a  al narcotráfico redundarían en un Estado mucho más fuerte y capaz de combatir aquellos delitos que, por cierto, si cobran víctimas involuntarias.

La empresa militar que Calderón exige a los mexicanos es una guerra civil -sin objetivos ni tregua- que debe lucharse salvajemente en las calles o dentro de la propia casa. Entre sus bajas se cuentan el traficante común, la víctima incidental y las libertades civiles más elementales. De pronto, la sociedad entera parece condenada por sus vicios a una limpieza moral por la que miles de ciudadanos encuentran ávidamente la muerte.


[1] “Free to Choose, a Personal Statement”; Milton Friedman 1980.

[2] “Historia General de las Drogas” Antonio Escohotado, 1998.