Paz Ambiental

Rodrigo Todd

El boom de la preocupación colectiva sobre el medio ambiente inició en México en el 2007. En ese año comenzaron los diferentes medios de comunicación del país a difundir las problemáticas ambientales, en particular las del cambio climático que por su afán catastrófico venden y alarman más.

Desde entonces, los conceptos sobre la “sustentabilidad” y “desarrollo sustentable” se pusieron de moda y se habla de ellos sin comprender el trasfondo de los mismos. En la mayor parte de los casos, con algunas excepciones claro, estas conceptos solo sirven para fines publicitarios sin ningún sustento real en la toma de decisiones del gobierno, empresa y público consumidor.

Es un hecho que estamos lejos del desarrollo sustentable y que no se vislumbra aún luz al final del túnel. Seguimos adoptando un modelo de desarrollo urbano horizontal que hace la administración de las ciudades más complicada y más costosa. La población tiene que recorrer mayores distancias para trasladarse del hogar al trabajo. Todos sabemos que eso aumenta la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera aunado a emisiones tóxicas que afectan la calidad del aire que respiramos en la ciudad y claro una disminución en la calidad de vida al ser víctimas del colapso vial que experimenta nuestra ciudad.

Por otro lado cuando evaluamos las inversiones públicas en infraestructura concluimos que una grande parte de las mismas van dirigidas a la cultura del automóvil y no a la movilidad integral que incluye el peatón, bicicleta y transporte colectivo y mucho menos a la recuperación de espacios públicos dignos. Hoy en día, en promedio la Ciudad de México tiene mejor calidad del aire que Monterrey. Siendo cinco veces más grande han sabido adaptarse a la plaga de la sobrepoblación adoptando modelos de transporte colectivo, aumento en la cobertura del metro, fomento a la bicicleta y programas de verificación vehicular.

La violencia ambiental aumenta cuando perdemos m2 de áreas verdes por habitante. Aunque la reglamentación en desarrollo urbano contempla la implementación de las mismas, éstas solo se cumplen en el papel y no en la práctica. Y así se puede continuar el análisis descriptivo en muchos otros temas como en la tala desmesurada de árboles, descargas irregulares a cuerpos de agua y alteraciones a los ecosistemas y sus servicios ambientales que nos proporcionan.

¿Dónde estamos fallando? Hemos vendido la idea de la sustentabilidad como un concepto ético y de “responsabilidad” con el planeta y otros argumentos efímeros. Pero no hemos aún transmitido el mensaje correctamente que la sustentabilidad haría menos costosa nuestra vida, aumentaría la calidad de vida y generaría paz social.

La violencia ambiental que experimentamos hoy sumada a la falta de empleo, de oportunidades y a la desigualdad social, genera un coctel de factores y como consecuencia está dividiendo a nuestro país aumentado la brecha entre el rico y el pobra y generando un estallido social que se refleja en la violencia que experimentamos hoy.

La sustentabilidad, en todo su esplendor resolvería en parte los problemas aquí mencionados. Vamos por una verdadera paz ambiental, aprovechando los modelos urbanos probados, la tecnología, la biotecnología, la explotación sustentable de los recursos naturales y los medios de comunicación para impregnar a los tres pilares de nuestra sociedad: gobierno, empresa y sociedad civil, con una comprensión práctica sobre la sustentabilidad y la paz ambiental.

No hay que dejar ventanas rotas…

Rodrigo Soto

La situación de violencia e inseguridad es un tema que afecta no solamente a Nuevo León y a México, sino a diversos países del orbe. Además tiene un elevado costo económico, pues solamente en México, la inseguridad equivale a 1 billón 950 mil millones de pesos, es decir 15 puntos porcentuales del PIB del país en 2010, según cifras de diversos organismos no gubernamentales y privados, presentados por Israel Rodríguez en escrito de La Jornada.

Lo anterior resulta alarmante pero para darnos una idea un poco más clara del problema, debemos seguir comentando los datos presentados por Israel Rodríguez, pues nos dice que el Centro de Estudios del Sector Privado (CESSP), calcula que el costo de la violencia es mayor a los 15 puntos porcentuales del PIB y al compararlo, resulta más del doble de lo que el país gasta en educación al año.

Para atacar este problema, es necesario comprender sus raíces, con el fin de ofrecer soluciones concretas que tengan impacto real. Una vertiente que puede explicar el fenómeno de la inseguridad y parte de la violencia, es la conocida Teoría de la venta rota, misma que fue desarrollada por los científicos sociales James Q. Wilson y George L. Kelling y que analiza los efectos del desorden urbano y el vandalismo ligados a la aparición y aumento de crimen y comportamientos antisociales.

Existe documentación del psicólogo, Phillip Zimbardo, que estando en Stanford, llevó a cabo un experimento, publicado en artículo en The Atlantic titulado “Broken Windows”, para comprobar la teoría antes mencionada, el cual consistió en dejar un automóvil sin placas estacionado, con el cofre levantado, en una calle del Bronx en Nueva York y otro automóvil, con las mismas características y variables, en una calle en Palo Alto, California.

El automóvil en el Bronx fue atacado por vándalos a los 10 minutos de ser estacionado y después de 24 horas, prácticamente todo lo de valor había sido removido, para que posteriormente viniera la destrucción del mismo, le rompieron las ventanas, algunas otras partes desmembradas, etc. Mientras que el automóvil de Palo Alto, en California, se mantuvo intacto una semana, hasta que Zimbardo entonces rompió uno de las ventanas y otras partes del auto, abriendo paso a que otros actos de vandalismo se presentaran y también quedara el auto destrozado. Curiosamente, y a pesar de lo que se pueda pensar, en ambos casos los vándalos principales o más recurrentes fueron de raza blanca y aparentemente de clase media.

La experiencia y conclusión del experimento es que una vez que las normas o barreras sociales se han sobrepasado, en este caso el cristal roto, la percepción de propiedad abandonada y descuidada, da pie al vandalismo en cualquier ciudad, de cualquier nivel socioeconómico. Siendo la única diferencia el tiempo de ataque o surgimiento del vandalismo, que puede variar a razón de la zona en donde se deje la propiedad, en este caso el auto, y el sentido de que nadie se preocupa y que nadie lo va a reclamar cuando esa propiedad está dañada o violada en su seguridad, como es el caso de la venta rota.

Nuestra mente asocia ese vehículo abandonado como una cosa que no tiene dueño y que podemos usar y explotar a nuestras anchas, además de que si está dañado, invita a que continuemos ese ataca de vandalismo por mera diversión u ocio, ligado a comportamientos sociológicos de inestabilidad emocional y de una falta de sentido de pertenencia a una comunidad.

Otra asociación mental en algunos seres humanos, investigada por Nathan Glazer, sociólogo estadounidense, publicado también en el mismo artículo en The Atlantic, habla de que la proliferación del grafiti, a pesar de no ser obsceno, por ejemplo en el metro de cualquier ciudad, hace pensar al usuario de este sistema de transporte que va a enfrentar un ambiente fuera de control y que no puede ser controlado, además de que cualquiera puede infringir la ley y hacer lo que le plazca.

Sin embargo, antes de dar por sentada una verdad, es necesario remarcar que la Teoría de las ventanas rotas ha sido cuestionada por diversos medios e investigadores, pero la prueba fehaciente de su certeza y credibilidad radica en que en un estudio hecho por Kees Keizer y algunos colegas de la Universidad de Groningen, en donde diversos experimentos controlados trataron de determinar el efecto de algún desorden social, como el tirar basura o el grafiti, pueden ser detonantes en el aumento de la incidencia y la aparición de nuevos crímenes, así como comportamiento antisocial.

En el desarrollo del experimento crearon dos situaciones, seleccionando diversas áreas urbanas, en donde una se tenía controlada bajo el esquema de orden y limpieza, logrando que no existieran casos de grafiti, ni de ventanas rotas. Mientras que otra locación dio la impresión de que a nadie le importaba y estaba olvidada, dando paso a que surgieran grafitis, ventanas rotas y otros tipos de vandalismo. Las conclusiones de este trabajo, fueron publicadas en Science, argumentando que un ejemplo de desorden social como el grafiti o el tirar basura, puede de hecho alentar a otro tipo desorden social o crimen como es el robo o asalto.

Después de leer lo anterior, considero necesario mencionar que nos resulta de vital importancia el detectar cualquier comportamiento antisocial o cualquier desorden social, es decir: identificar nuestra “ventana rota” y repararla, con el fin de que ésta no sea la detonante del surgimiento y posible aumento de nuevos actos de vandalismo que resulten en crímenes de mayor envergadura.

Considero que muchos seres humanos se sienten fuera del sistema de la sociedad actual, otros se sienten repelidos y rechazados por la misma sociedad y en ese afán de gritar que también existen y denotar que así es, se lanzan a contra corriente para romper reglas y rebelarse ante un sistema represivo, desde su punto de vista, y obtener así su libertad.

A mi parecer estos jóvenes o adultos se encuentran fuera del mercado y no han sido incorporados al mismo, ya sea por la mala calidad del sistema educativo del país o también por la falta de oportunidades laborales y esquemas de modelo emprendedor que les permita subirse al barco de la legalidad.

Pero basta de palabrería y vamos a la acción, pues en este medio no queremos caer en activismo sin sentido, mismo que puede derivar en una especie de movimiento “hippie” que solamente crítica al “status quo”, pero no promueve soluciones concretas, aplicables y replicables.

Retomando el punto de detectar “las ventanas rotas”, es importante entonces obtener toda la información posible de lo que sucede en las calles, dentro de las comunidades, colonias, fraccionamientos, ciudades, etc. Para lograr esto, requerimos un amplio sistema de informadores que a tiempo real nos ofrezcan la última noticia en cuanto a desorden social o comportamiento antisocial.

La solución somos nosotros mismos, quienes por medio del uso de las tecnologías de información y comunicación nos podemos convertir en reporteros urbanos y sociales, para alertar a la comunidad gubernamental y empresarial sobre las problemáticas que se presentan en nuestro andar por la jungla de asfalto.

Esta visión la comparte una empresa que se llama CitiVox, que es una plataforma para tomadores de decisiones que quieran contribuir a mejorar el mundo. Su proceso es muy simple, en donde primero recolectan información a través de reportes, llamadas telefónicas, mensajes de texto, aplicaciones móviles, sitios web, twitter y otras redes sociales; posteriormente existe una administración de reportes con el fin de organizar, filtrar y canalizar los reportes para que se conviertan en acciones concretas para darles solución; luego realizan estadísticas, analíticas y visuales, de toda esa información para darle seguimiento a las demandas ciudadanas; para al final ofrecer una comunicación efectiva en cuando a los resultados obtenidos, creando una cadena virtuosa.

Es decir, el ciudadano tradicional detecta un desorden social en su colonia, donde existe basura en una esquina donde gatos, perros y ratas están sacándole provecho al hacer un festín, situación que puede derivar en una plaga de enfermedades de diversa índole, es por ello que este individuo reporta esa situación a través de las redes sociales, entras así al sistema de CitiVox y la información es analizada y canalizada al departamento adecuado para su solución, posteriormente se llama a la empresa que tiene la tarea de recolectar esa basura para que la haga a la brevedad y no derive en otros problemas sociales de mayor grado, para que al final se le informe al ciudadano que su problema ha sido resulto. Es así que el gobierno logra aumentar su capital social y el ciudadano se siente parte del mercado social al ser escuchado.

Invitamos entonces a los gobiernos y empresarios a que adopten este sistema práctico y de soluciones concretas, para detectar y reparar ventanas rotas. Lo pueden consultar en http://citivox.com/

 

 

 

 

Prioridad: el urbanismo social

Gabriel Todd

“del miedo a la esperanza”  Sergio Fajardo ex alcalde de Medellín Colombia resume su visión del inicio de la recuperación del tejido social a través de una política de obra pública social integral. Obra de escala humana que beneficio con educación y recreación, con capacitación  laboral y movilidad a los sectores urbanos de menores índices de desarrollo.

No es cualquier cosa transformar por ejemplo una magna colonia independencia de MTY en un sitio turístico como sucedió con el barrio de Santo Domingo Savio. Establecer las bases para transitar  de una muerte diaria en un sitio a la paz y el desarrollo humano se logro dándole ” lo más bello a los más pobres”.

Y es que la calidad del espacio público envía un mensaje de igualdad o de desigualdad. Ser rico o pobre parece pasar a segundo término cuando el espacio público es el mismo. Y si cuentas con un buen sistema de transporte tanto mejor pues ahí radica la verdadera democracia. Me queda claro que El mejor  diseño y la mejor arquitectura a través de una administración pública honesta y apasionada que invierte  en el desarrollo humano y no todo en el desarrollo vial rinde frutos.

Primero, llama la atención la conectividad del sitio ejemplo al cual accedes mediante un novedoso sistema de metro cable que sale desde una estación de intercambio del transporte público de pasajeros la ciudad. Desde ahí con orden y paciencia los habitantes del barrio santo Domingo Savio abordan los vehículos aéreos de 12 pasajeros cada uno. Se siente imponente la infraestructura de transporte indicando que una comunidad está presente. El diseño de las estaciones montaña arriba es de vanguardia y se aprovecha la zona para sembrar otros equipamientos sociales  cerca del transporte. Las estaciones de transporte como núcleo social integrador.

Al caminar por el barrio se nota la mano de la bella arquitectura en colegios, centros de capacitación y una vida peatonal intensa. Imponen los “cubos negros gigantes” de la biblioteca España, premio iberoamericano en su ramo. En su interior cientos de niños hacen sus tareas en computadores nuevas mientras otros se divierten. Se respira un ambiente de progreso, de cierta alegría.

Las amas de casa pendientes otra vez de sus hijos pues volvió la esperanza de una vida mejor y han retomado el control familiar. Ex Jóvenes pandilleros hoy convertidos en pequeños artesanos venden su creatividad.

La vista impone desde lo alto de este sector ya recuperado con urbanismo social y educación de calidad.

El método se repite por toda la ciudad de sectores populares. Escuelas que salen de la dignidad para entrar a la calidad en todos los sentidos. Los arquitectos colombianos son buenos, se siente la mano de una comunidad que ama a su gente.  Sentí una pobreza que no sale de pobre pero que esta más tranquila. La gente sonríe y saluda a los turistas. Parece increíble que pocos años atrás era una zona de guerra. Ciertamente la organización central en materia de seguridad publica ayuda a concretar las cosas y es un tema pendiente en nuestro México.

Si bien rebotaron los índices de inseguridad en general distan mucho de tener la dimensión de aquellos años de horror. Esta experiencia me deja 4 lecciones

1. Se requiere liderazgo y voluntad, es decir, funcionarios capaces con el amor echado para adelante. Ganas de vencer la adversidad.

2. Dar prioridad en la obra pública al urbanismo social tiene rentabilidad de corto o mediano plazo si es integral con educación etc.

3. La honestidad en la función pública es contagiosa pues todos los sectores celebran la transparencia y la credibilidad aportando recursos adicionales  sin quejas, brota la nobleza.

4. La seguridad de un país debe tender a mandos únicos o coordinación y control centralizada.

Colombia no es EEUU ni es Francia ni Inglaterra. Si Colombia pudo México también.

 

Recomendaciones breves y prácticas ante la inseguridad.

Milton Mata

  • Cuando camines en la vía pública mantente atento(a) a todo lo que ocurre a tu alrededor, ya que así te percatarás de algún peligro potencial que pueda causarte algún perjuicio.
  • Cuando no sea necesario, evita el salir de tu hogar o del lugar en donde te encuentres si ya es muy tarde, no te arriesgues.
  • No transites por lugares oscuros y/o solitarios.
  • Aprender alguna técnica de defensa personal te podría ser de utilidad en algún momento.
  • Adquirir algún dispositivo de seguridad personal, por ejemplo, un  aerosol irritante o un artefacto de descargas eléctricas, te podría ser de utilidad en algún momento.
  • Evita el traer objetos muy valiosos cuando sales a la calle, procura solamente portar aquellos que sean necesarios.
  • Evita el traer mucho dinero en tu cartera o en tu bolso cuando sales a la calle, procura solamente portar la cantidad que necesites para los gastos de ese día y un poco más por si se presenta alguna emergencia.
  • Si vas a salir de casa a algún sitio, prefiere siempre los espacios  públicos donde haya gran afluencia de personas.
  • Antes de subir a tu vehículo da un vistazo a los alrededores, no se trata de ser paranoico sino de ser precavido.
  • Cuando vayas de compras a algún centro o plaza comercial, prefiere los que cuentan con un sistema de vigilancia en el interior y en el estacionamiento.
  • Si en algún lugar como un negocio o un restaurante vas a realizar algún pago con tarjeta por algún servicio que recibiste o algún producto que adquiriste, procura siempre que te sea posible tener a la vista tu plástico en todo momento, ya que algunas personas deshonestas podrían hacer un mal uso de este instrumento, de ser posible paga mejor en efectivo.
  • Si vas a utilizar algún cajero automático observa detenidamente sus características, si ves en el algo inusual mejor acude a otro, ya que algunas bandas delictivas implementan dispositivos o artefactos electrónicos que a veces no se detectan fácilmente, y con los cuales pueden robar tu información personal y tu dinero.
  • Cuando vayas a retirar dinero de un cajero automático, procura  siempre que te sea posible hacer uso de aquellos que se encuentran en el interior de los centros o plazas comerciales, ya que estos son más seguros.
  • Cuando vayas a retirar dinero de un cajero automático que se encuentre muy a la vista, observa con detenimiento los alrededores, y si ves alguna persona que te resulte sospechosa retírate de ese lugar lo antes posible.
  • Si sales de algún centro o plaza comercial, negocio, banco o cajero automático; nunca abandones ese lugar trayendo dinero en la mano, ya que este descuido podría ser aprovechado por un ladrón, mejor guarda el dinero antes de salir.
  • Utiliza inteligentemente y con responsabilidad el Internet, siempre se cauto(a) con la información personal que compartes por este medio, podrías ponerte en peligro sin saberlo, ya que hay personas que pudieran hacer un mal uso de esta información.

NOTAS BREVES SOBRE LA VIOLENCIA

La Organización Mundial de la Salud propuso la siguiente definición de violencia: “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastorno del desarrollo o privaciones”.

El terrorismo es el intento de dominación por el terror, es decir, usar la violencia o amenazar con recurrir a la misma hacia una o más personas.

El pacifismo es la doctrina y acción de los que condenan por completo y se oponen totalmente a toda forma de violencia cualquiera que sea su motivo.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 3º dice: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona y en su artículo 5º dice: Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Algunos días conmemorativos resueltos por la Asamblea General de las Naciones Unidas son: 21 de septiembre “Día Internacional de la Paz” y  25 de noviembre “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.

LA PAZ

Si nos ponemos a revisar la historia de la humanidad desde su inicio, nos daremos cuenta que desde que los humanos comenzamos a poblar la

Tierra, se desarrollaban conflictos entre los hombres; dichos conflictos se debían principalmente a la lucha por conseguir aquello que necesitaban para poder sobrevivir; por ejemplo, territorios, agua y alimentos, animales, lugares de refugio, etc.

Actualmente en diversas naciones de nuestro mundo se están desarrollando conflictos; pero en la actualidad los partícipes son movidos por intenciones y fines no muy honorables, tales como, apoderarse de territorios, apropiarse de riquezas, ejercer dominio sobre otros, o simplemente la búsqueda del poder.

Hay que tener en cuenta que la paz no significa solamente la ausencia de guerras, sino que es una condición indispensable para que la humanidad llegue a alcanzar un estado de bienestar y felicidad.

BREVE REFLEXIÓN

Todos quienes vivimos en esta ciudad escuchamos con frecuencia frases como: no salgas a carretera porque es peligroso, no salgas a la calle porque hay peligro, no vayas para cierto lugar porque te puede pasar algo, etc. Quienes tienen un alto poder adquisitivo usan parte de su dinero para adquirir dispositivos GPS, blindar sus vehículos, contratar escoltas o guardaespaldas, etc. En fin prevalece en la ciudad un miedo colectivo. No permitamos que se nos arrebate ese derecho constitucional de transitar libremente por el territorio nacional. No debemos vivir con temores sino con precauciones…

“La humanidad no puede liberarse de la violencia mas que por medio de la no violencia” (Mahatma Gandhi).

“No hay camino para la paz, la paz es el camino” (Mahatma Gandhi).

Un análisis económico de las causas del narcotráfico

Gabriel Leyva

Puede ser difícil entender por qué alguien se querría unir a un cartel de narcotraficantes. Obviamente existen recompensas económicas muy grandes. Pero los costos en forma de los actos de violencia extrema necesarios, el desprecio de gran parte de la sociedad, y la alta posibilidad de una muerte temprana son demasiado altos para la mayoría de la población. La teoría económica del crimen es controversial en cuanto su capacidad para predecir y explicar los actos criminales, pero creo que en el caso del narcotráfico el análisis económico es una herramienta útil para entender los motivos y circunstancias que llevan a alguien a cometer estos despreciables actos.

La teoría neoclásica del crimen es simple. La decisión de cometer un crimen es como cualquier otra decisión económica racional. El individuo evalúa las diferentes posibilidades, tomando en cuenta los posibles beneficios y costos de cada acción y estrategia, y toma una decisión después de adquirir toda la información posible (también tomando en cuenta el costo de obtener información). En el caso de una decisión criminal, el individuo debe tomar en cuenta la posibilidad de ser atrapado y tener que pagar una multa o ir a la cárcel, además de la posible marginación social. El modelo neoclásico del crimen es útil por varias razones. Primero, simplifica el análisis del crimen por que reduce todos los motivos a interés propio. Segundo, es generalizable, ya que esta teoría se puede aplicar para analizar crímenes tanto materiales como violentos. Esto ayuda en el análisis del narcotráfico ya que la venta de drogas generalmente mezcla los dos tipos.

Una premisa tan simple puede parecer insuficiente para explicar la realidad de un fenómeno social tan complicado como el crimen, y si, la teoría neoclásica del crimen tiene bastantes criticas validas. El mayor problema es que la teoría es altamente instrumental y asume que todos los individuos son perfectamente racionales en sus decisiones. Los críticos dicen que esta teoría del crimen ignora factores importares como normas y valores, así como presiones sociales. La teoría asume que los individuos toman decisiones en un estado de aislamiento, lo cual rara vez es cierto.

A pesar de estos y otros problemas, la teoría neoclásica tiene su lugar por que aunque los individuos no siempre hagan un análisis de costo y beneficios al tomar una decisión, se pueden hacer predicciones y conclusiones validas. En general este modelo provee una plataforma simple y elegante para el uso de herramientas económicas en el estudio del crimen. Además la teoría económica del crimen ha sido expandida por otros autores para incluir elementos de teoría del juego  que ayudan a cubrir algunas de sus debilidades. En particular la teoría del juego permite incluir presiones sociales y culturales además de las acciones de fuerzas gubernamentales en el estudio del crimen, lo cual nos provee una imagen mas completa de los motivos de la actividad criminal.

Entonces, que consideraciones económicas existen específicamente el caso del narcotráfico? Usualmente el costo que asociamos con un crimen es la posibilidad de ir a la cárcel o sufrir algún otro tipo de castigo. Pero en el caso del narcotráfico el efecto de la ley es casi inexistente debido al alto nivel de impunidad. La cantidad de narcotraficantes que son aprendidos por la ley es mínima y aun cuando son capturados el castigo es casi insignificante. Los narcos en las cárceles viven una vida privilegiada, y los escapes son comunes. Además ha sido comprobado que los hombres jóvenes tienden a ser mas propensos a tomar riesgos y tener una actitud mas despectiva hacia la posibilidad de sufrir consecuencias penales por un crimen. Debido a esto, la penalización de la ley muy apenas se puede considerar como un factor en la decisión de cometer crímenes relacionados con el narcotráfico. Otra consideración común en la decisión de cometer un crimen es la posible venganza de las victimas. En este caso también existe inmunidad para los narcotraficantes, ya que cualquier ataque contra un cartel de parte de una víctima se responde con violencia extrema, lo cual crea un ambiente de miedo que previene casi cualquier tipo de venganza.

Otra problema es la marginación social. Presuntamente esto es un factor importante en el caso del narcotráfico, ya que estos crímenes son particularmente aborrecidos por la sociedad mexicana debido al estado presente del país. Pero es difícil determinar si el miedo y el desprecio de la sociedad general es un costo para todos los individuos. Sin duda existen personas que disfrutan ser temidas, ya que esto es parte importante del poder del narcotraficante. Además es importante recordar que el sentimiento de pertenencia es un aspecto importante de cualquier organización criminal. Un grupo social que esta siendo asediado por todas partes como un cartel naturalmente se va recluir, fortaleciendo los lazos entre los miembros de este. Entonces la marginación de los grupos criminales contribuye a que los lazos entre los miembros se vuelvan mas estrechos.

Por ultimo existe el costo en expectativa de vida. La vida de un sicario generalmente es violenta y corta. Este es probablemente el factor mitigante que tiene el mayor peso en el balance de costos y beneficios del narcotráfico. Alguien que entra en el negocio de las drogas en México sabe que esta acortando su vida significativamente. No importa quien seas, ceder varios anos de tu vida es una decisión difícil para cualquier individuo.

Ahora, cuales son los beneficios del narcotráfico para el individuo? Claramente gran parte de la tentación es la oportunidad de grandes ganancias económicas, especialmente considerando que no se requiere ninguna experiencia previa o entrenamiento. Pero aparte de los beneficios puramente monetarios hay que considerar el estilo de vida. Los narcotraficantes viven una vida hedonista, manejando carros de lujo, consumiendo drogas como la cocaína constantemente, atendiendo a fiestas decadentes y con mujeres de sobra, prácticamente una vida de estrella de cine. Además de todo esto pertenecer a una organización criminal como un cartel provee un fuerte sentimiento de pertenencia. Como dije previamente, el estatus de paria social que poseen los narcotraficantes solo fortalece el vinculo social entre estos. No es coincidencia que muchos carteles se identifiquen a si mismos como familias. Si uno esta dispuesto a cometer los actos de violencia que se requieres de un sicario, los beneficios en realidad son bastante substanciales mientras duran. El estilo de vida del narco es algo que la mayoría de la gente jamás podría experimentar bajo circunstancias normales.

Tomando en cuenta estas consideraciones, podemos obtener una idea de que tipo de individuo accede a convertirse en narcotraficante. Si el individuo esta conciente de que su expectativa de vida se reduce considerablemente al tomar la decisión de unirse a un cartel, podemos asumir que este individuo esta descontando el futuro a un grado extremo. En términos generales descontar el futuro se refiere a darle menos valor a la utilidad futura que a la utilidad presente. Normalmente alguien que descuenta el futuro seria una persona que prefiere gastar el dinero tan pronto como lo obtiene a ahorrarlo para poder gastarlo en el futuro.

Sin embargo aquí no estamos hablando de alguien que simplemente es descuidado con el dinero. Estamos hablando de alguien que esta sacrificando la mayor parte de su vida para obtener grandes beneficios inmediatos. Asumiendo que un individuo de 20 anos que se une a un cartel viva hasta los 25 anos, comparado con la expectativa normal de vida de 73 anos en hombres, podemos ver que alguien que decide unirse a un cartel estima que  la utilidad que obtendrá como narco durante 5 anos es mayor a la utilidad que obtendrá durante 53 anos de vida normal. Esto demuestra que alguien que toma una decisión como esta tiene muy pocas esperanzas para el futuro. Es una actitud completamente nihilista.  Para que alguien piense que no hay ninguna posibilidad de que las cosas mejoren en 50 anos esa persona tiene que estar profundamente marginada de la sociedad. Esto involucra varias cosas. Una es tener un estimado muy bajo de ganancias monetarias futuras. En este caso el individuo probablemente es alguien con pocas habilidades, o mas comúnmente, con habilidades que se han vuelto obsoletas. El neoliberalismo y el libre comercio han devastado numerosas industrias mexicanas que no pueden competir con empresas extranjeras, como es el caso del sector agrícola. Esto asegura que haya un amplia oferta de personas cuyas habilidades y conocimientos simplemente ya no son rentables. Usualmente estos individuos tienen poca oportunidad de aprender nuevas habilidades, creando así una clase social con recursos económicos y humanos extremadamente bajos.

Pero la falta de esperanza económica no es el único factor motivante aquí. Muchos sicarios y narcos han confesado que nunca sintieron que pertenecían a algo hasta que entraron al cartel (Volviendo una vez mas a los fuertes lazos sociales que se crean en una organización criminal) Esto nos dice que un individuo que decide convertirse en narco generalmente carece de los grupos sociales que son necesarios para que un ser humano viva una vida plena. Entonces estamos hablando de personas que están marginadas tanto socialmente como económicamente, un verdadero lumpenproletariat. En un estado donde se concibe el bien social el gobierno debería intervenir para prevenir la creación de una clase social tan destituida. Pero el aparato de gobierno mexicano ha fracasado completamente en este aspecto, destruyendo cualquier confianza que este grupo social pueda tener en el estado. La combinación de marginación y falta de confianza en el gobierno es extremadamente peligrosa. Bajo estas condiciones no es sorprendente que muchos de ellos recurran al crimen para satisfacer sus necesidades tanto sociales como económicas a pesar del alto costo involucrado

Una lección que la guerra en Irak nos ha ensenado sobre las insurgencias modernas es que el descontento de una población completamente marginada no se puede eliminar con violencia. Mientras exista una clase social que se sienta completamente desesperada y fuera de opciones no violentas, seguirán existiendo insurgentes. Creo que la situación de México es similar a la de una insurgencia, por lo que pienso que las medidas violentas que el gobierno ha tomado para combatir el crimen organizado están destinadas a fracasar. Si, hemos llegado al punto en el que la violencia es necesaria para mantener el orden civil. Pero si queremos realmente resolver el problema, tenemos que revisar las instituciones que han dejado que exista la clase social de la que he hablado. Tenemos que fomentar nuestro capital humano, restaurar las industrias que han sido devastadas por la economía neoliberal. México necesita una verdadera red social que proteja la integridad y las necesidad básicas de sus ciudadanos.

Caminar distinto

 

 

Indira Kempis

I. No es lo mismo crear que combatir

Hasta hace algunos años, las estrategias sobre la seguridad, recaían exclusivamente en la administración pública, el tema se abordaba desde los análisis de la incidencia e impacto delictivo y en la defensa del Estado. No obstante, ante la violencia exacerbada coincidente con la incursión de la participación ciudadana en aspectos estructurales para los cambios de sus entornos sociales inmediatos, la perspectiva de la seguridad se transformó.

En la definición de la seguridad ciudadana, incipiente todavía, pero pensada desde diversas observaciones sociológicas sobre el papel del ser humano en la convivencia social pacífica, retoma la importancia que tienen los derechos de las personas y enfatiza la inclusión de la ciudadanía al combate de la fenomenología que se forma una vez instalado el problema, pero sobre todo antes de que se presente.

Para una sociedad que se encuentra en una amenaza constante de muerte, es difícil definir un sentido profundo de lo que significa la prevención de la violencia, que es la antesala del delito y el delito mismo que es la consumación de la violencia. Tan sólo en México, solamente el 10 por ciento del presupuesto público federal se destina a este rubro.

La miopía ante la importancia de la prevención es tan crónica que afecta a los intereses de una sociedad, porque se comienza a creer que la generalización de la muerte es la única solución para combatirlo. Cuántas veces no ha escuchado opiniones como “se lo merecían”, “de una vez que acaben con todos”, “algo habrán hecho”, “no quedaba de otra”. Esa espiral del silencio que se repite de manera constante y a pasos agigantados nos deja, prácticamente, sin argumentaciones ni expectativas para el largo plazo. Por lo tanto, esto en lugar de contribuir en la visión de ciudad segura que podemos compartir, mina nuestra capacidad de ser creativos para generar ideas que vayan más allá de las armas. Algunos incluso, ven en el concepto de seguridad ciudadana cierto grado de ingenuidad porque lo que se requiere es urgente.

Y como de costumbre, el instinto de sobrevivencia nos confunde, entonces dejamos a un lado lo que es importante. Lo importante hoy es crear seguridad que es diferente a combatir la inseguridad. En la realidad esta semántica que parece obvia también difiere.

II. Hablemos de derechos

Las tensiones, los conflictos, las discusiones son inacabables, generan adrenalina de vida al ser humano sapiente que el paraíso no puede ser más que un estado de la mente. Sin embargo, eso tampoco significa que no existan posibilidades disminuir las conductas violentas, ¿cómo? Hablemos de derechos.

Es la violación a los derechos básicos de una población lo que ha presentado una ruptura del tejido social, es decir, entre los individuos, pero no sólo eso también ha roto la confianza de éste en sus instituciones familiares, gubernamentales, privadas, etc. Esta fractura que ante el panorama que vivimos pareciera abrir todas las que están implicadas y que además se muestran como “heridas” sociales que inclusive afectan las emociones, las percepciones y los sentimientos, son las que están generando esa tendencia in crescendo que implican los espacios y las conductas delictivas.

El respeto de los  derechos de las personas a una educación eficiente, oportunidades de empleo, programas de salud pública, es fundamental. Porque no es la violencia o los delitos, es esa ruptura cuando no se pueden encontrar alternativas para una calidad de vida que nos diga que somos seres humanos dignos de vivir y convivir con nuestro entorno, ¿o es que hay dignidad humana cuando apenas si se tiene para la comida del día?, ¿cuándo los egresados de la universidad tienen que trabajar de algo que nunca les gustó y que además, en la mayoría de los casos, echa por la borda sus estudios?, ¿dónde están los derechos a la salud pública cuando no se atienden los casos de dependencias a las drogas? El respeto a esos derechos es algo que el Estado debe garantizar en una situación ideal que, lamentablemente, en México se le ha restado importancia sólo diagnosticándolos, pero no asegurando la creación de estrategias, la implementación o seguimiento de su cumplimiento.

Sin embargo, en este recién concepto de seguridad, también se considera el respeto de los derechos por parte de los individuos para crear una comunidad segura. Es decir, el cumplimiento y la vigilancia de éste, a manera individual y colectiva. Por tanto, no es suficiente con reafirmar desde la ciudadanía esa ruptura evidente que ha violado sus derechos por tantos años. Tampoco con conocer la situación desde fondo o con informarse de lo que está pasando. Requiere puntos de reflexión que contribuyan a la tranquilidad, el orden y la paz, en la medida de las posibilidades.

Eso significa que la ciudadanía esté dispuesta a hacer su propia agenda de derechos e incidir en la en todos los ámbitos en donde desde una visión integral se pueda construir lo quiere de sí misma. Defender los derechos hoy más que en otro tiempo debería estar relacionado con la capacidad del ciudadano de manifestarse, protestar, quejarse, que además pareciera obvio que todos lo hacemos, pero no cualquiera se atreve a usar sus espacios para la libertad de expresión.

Asimismo, esta intervención ciudadana radica en su capacidad de gestión para poder incidir en los procesos de elaboración e implementación de las políticas públicas. Ejercer su derecho a la rendición cuentas de funcionarios y políticos. Entender que su papel requiere de acciones sociales, no vistas como antes que se apreciaban desde la óptica de la solidaridad, los sentimientos de culpa o de compasión. Para la participación en la seguridad es vital una conciencia plena de que no basta con denunciar, sino combatir las causas, nótese, las causas, del problema. Entonces así, responsabilizarse del cumplimiento de las obligaciones del Estado, las de la colectividad, pero sobre todo, ahí donde cualquiera de nosotros tenemos una real injerencia, las individuales.

  1. III. Conciencia social para un ambiente seguro

Podríamos hacer un tratado de definiciones de conciencia, que según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra se deriva de “Conscientĭa” que significa, literalmente, “con conocimiento” (del latín cum scientĭa).

La conciencia, en un sentido de reflexión individual y colectiva, debería permear nuestro sentido de sobrevivencia para encontrar la causa de la causa y no establecernos en el discurso político de la emergencia, allá donde corren todos no hay camino en el largo plazo, es más, ni siquiera en el inmediato. Los costos sociales son cada vez más altos para las generaciones que actualmente son excluidas de cualquier oportunidad de una vida digna, humana, con derechos. Lo urgente está desviando casi todos los esfuerzos hacia un futuro de unos cuantos como en una realidad darwiniana de cara ni siquiera a la adaptación, sino a la mera sobreviviencia.

La conciencia tiene que estar en la reflexión, en el debate, en la gestación de las ideas, en su gestión y desarrollo. La conciencia no sólo debe centrarse en la negación de los sistemas de por sí contaminados con los intereses, sino en aquello que nos permita el diálogo continuo con las necesidades de nuestra localidad. Por eso es tan importante que alrededor del concepto de seguridad ciudadana, a la par se desarrollen otros como la democracia participativa, el urbanismo social, la rendición de cuentas y los derechos humanos.

En un sentido más amplio, la conciencia no sólo tiene que centrarnos en el individuo, no es mirarnos al espejo y decir: “allá mi conciencia y yo”. Ante un problema como la inseguridad, menos es una tarea solitaria. Esa conciencia de que el otro y los otros existen, nos debe incrementar nuestro sentido de pertenencia a la sociedad, agudizar nuestros derechos a intervenir para cambiar. La conciencia social no como una deuda moral con el mundo, sino como una asunción de responsabilidad. Exige una tensión que dirige a la acción. Estar dispuestos a ganar y perder conciencia social para cambiar como un trabajo de todos los días.

Sociedades que son seguras en países de primer mundo siguen una premisa que no se nos debe olvidar: si hay humanismo, sustentabilidad y respeto a los derechos básicos desde el Estado y entre los ciudadanos, hay seguridad. No es fórmula mágica, pero si un punto de partida claro para entender que el concepto de seguridad debe ampliarse para entender que atraviesa al Estado para que éste garantice los derechos y la implementación desde la administración pública de políticas que prevengan situaciones que se proyectan evidentes como amenazas de violencia y conductas delictivas. Pero que también exista el estímulo individual y colectivo para construir prácticas sociales que reafirmen nuestros derechos básicos como una obligación de conciencia para la reflexión.

Los ejes elementales que aceleran la seguridad ciudadana, tiene que ver directamente con la participación en el ejercicio de las obligaciones, por eso este nuevo enfoque como alternativa debería permearse para crear agenda social que permita no el combate de la inseguridad, sino la creación de un entorno seguro, es un reto a largo plazo que no tendría que ser obstruido desde el Estado y la ciudadanía por los sentimientos de impotencia. Ampliar nuestro lenguaje de la seguridad, es un primer paso para encontrar alternativas de solución, esas por las que hoy se justifica como políticamente correcto, asesinar y ser asesinado. Si se quiere algún cambio de dirección, lo único que se tiene que hacer mediante esta reflexión diaria, es aprender a caminar distinto.

Ateneo De las Ideas tiene su origen en la preocupación manifiesta de muchos jóvenes que se nos han acercado con un grado mayúsculo de inconformidad con esta época de globalización hecha esclava de la economía liberal y al servicio de un cambio dramático en el pensar existencial de la juventud que la ha empujado al monetarismo ilustrado, o sea, saber para tener y no para ser.

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